3.3.1. Determinación del hematocrito.

El hematocrito es una prueba muy fácil de ejecutar donde se consigue una alta precisión y exactitud en la misma. Además, posee un gran valor clínico en múltiples situaciones haciendo de esta determinación una de las pruebas más realizadas en el laboratorio de Hematología.

El hematocrito es el volumen que ocupa la masa de hematíes respecto al volumen total de la sangre. Al ser una proporción, habitualmente se expresa en %.

Figura de un tubo lleno de sangre en el que se distinguen tres partes señaladas marcadas con sus respectivos rótulos: la parte superior de color amarilla y rotulada como plasma, una zona central pequeña de color blanco rotulada como leucocitos y plaquetas, y la parte inferior de color rojo rotulada como eritrocitos (en inglés).

Está habitualmente relacionado con la concentración de hemoglobina de los hematíes, es decir, si disminuye la cantidad de hemoglobina contenida en los hematíes, desciende el hematocrito y viceversa, siempre que el valor del volumen plasmático sea normal, siendo esta relación de gran utilidad en el diagnóstico de la anemia.

Se puede determinar mediante dos métodos:

  • Centrifugación. Es el método de referencia. Se basa en la mayor densidad de los hematíes respecto al resto de los componentes sanguíneos, de modo que se mide el empaquetamiento de la columna de hematíes tras someter a la sangre a la acción de la fuerza centrífuga. Consiste en llenar un tubo capilar con sangre anticoagulada con EDTA o también con sangre capilar recogida directamente sobre un tubo capilar heparinizado, y tras sellar uno de los extremos, centrifugarlo a altas revoluciones.

Se ve un disco metálico con 24 ranuras , es el plato de la centrífuga de microhematocrito, en dos de las cuales están colocados dos capilares de hematocrito. Se han colocado en ranuras enfrentadas.

  • Mediante contador electrónico: los contadores determinan el volumen de todas las células o glóbulos que cuentan, de modo que obtienen el valor del hematocrito sumando los volúmenes de todos los hematíes que cuentan y relacionan este con el volumen total de sangre analizado.

Algunos aspectos que debes tener en cuenta al realizar el hematocrito manualmente mediante centrifugación son:

  • El valor obtenido por centrifugación es algo superior al obtenido electrónicamente ya que pequeñas cantidades de plasma quedan atrapadas entre los glóbulos rojos haciendo que aumente ligeramente el volumen ocupado por la columna de hematíes.
  • El valor obtenido a partir de sangre venosa es algo menor que si se utiliza sangre capilar.

Los errores más frecuentes al realizar el hematocrito por centrifugación son:

  • Muestra mal homogeneizada.
  • Mal sellado de los capilares.
  • Utilización defectuosa de la centrífuga (equilibrado incorrecto, etc.).
  • Error en la lectura de la columna de los hematíes.

Objeto tratado con el anticoagulante heparina.

Sangre que circula por vasos capilares.