
Según la Real Academia Española, seguridad es "la cualidad de seguro, es decir, de estar libre y exento de todo daño, peligro o riesgo". En informática, como en tantas facetas de la vida, la seguridad entendida según la definición anterior es prácticamente imposible de conseguir, por lo que se ha relajado acercándose más al concepto de fiabilidad; se entiende un sistema seguro como aquel que se comporta como se espera de él.
De los sistemas informáticos, ya sean sistemas operativos, servicios o aplicaciones, se dice que son seguros si cumplen las siguientes características:
- Confidencialidad. Requiere que la información sea accesible únicamente para las entidades autorizadas.
- Integridad. Requiere que la información sólo pueda ser modificada por las entidades autorizadas. La modificación incluye escritura, cambio, borrado, creación y reenvío de los mensajes transmitidos.
- No repudio. Ofrece protección a un usuario frente a otro que niegue posteriormente que se realizó cierta comunicación. El no repudio de origen protege al receptor de que el emisor niegue haber enviado el mensaje, mientras que el no repudio de recepción protege al emisor de que el receptor niegue haber recibido el mensaje. Las firmas digitales constituyen el mecanismo más empleado para este fin.
- Disponibilidad. Requiere que los recursos del sistema informático estén disponibles para las entidades autorizadas cuando los necesiten.
El tratamiento de los posibles incidentes de seguridad exige que toda organización tenga definida una política de seguridad, cuya función sea establecer las responsabilidades y reglas necesarias para evitar amenazas y minimizar los efectos de éstas. Lo primero que se debe realizar es identificar qué queremos proteger.
Desde el punto de vista informático, existen tres tipos de elementos que pueden sufrir amenazas:
- hardware,
- software y
- datos.
El más sensible, y en el que se basa casi toda la literatura sobre seguridad, son los datos, ya que es el único elemento que depende exclusivamente de la organización. Es decir, tanto el hardware como el software, si en la peor de las situaciones se pierden, siempre se pueden adquirir y/o instalarlos; pero los datos pertenecen a la organización y nadie puede, en el caso de pérdida, proporcionarlos. Sin embargo, la seguridad se debe entender a todos los niveles y aplicarla a todos los elementos.