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2.2.- Distribución del aire.

Como habrás podido ver, hay muchos tipos de bocas de aire. En las imágenes puedes ver parte de la gama que puedes encontrar en el catálogo de fabricantes.



El primer grupo lo componen las rejillas. Disponen de unos elementos móviles que permiten corregir la forma y dirección de los chorros de aire. Pueden ser sencillas, tanto en vertical como en horizontal o de doble deflexión. Otro tipo de rejillas son las de retorno. En este caso su función consiste en aislar el conducto del local, evitando el paso de cuerpos extraños.

Los difusores son bocas con varios separadores que dividen la masa de aire y la ralentizan desde la propia boca. Esto provoca una mayor superficie de contacto con el aire del local, lo que aumenta la inducción. Esa ralentización del aire permite también que la velocidad en el conducto sea mayor que en el caso anterior. Los difusores pueden ser de diversas formas. Lo más habitual es que sean circulares, pero también los hay cuadrados. Pueden ser de conos fijos o de conos regulables, lo que nos permite adaptar la difusión del aire.

Los difusores rotacionales constituyen una innovación importante en comparación con los difusores circulares tradicionales, especialmente en lo concerniente a su alta capacidad de inducción. La turbulencia rotacional producida, provoca una rápida mezcla del aire impulsado con el inducido, y al mismo tiempo consigue una rápida mezcla de temperaturas, acortando considerablemente el alcance de las venas de aire.

Los difusores lineales combinan la estética con las prestaciones técnicas. Su montaje se realiza en falsos techos o suspendidos del techo. Posibilitan la formación de líneas continuas de difusor, con zonas activas e inactivas, sin romper la uniformidad estética del conjunto. Mediante la regulación de sus aletas, orientables individualmente, se puede obtener una distribución horizontal del aire en una u otra dirección o una proyección vertical del mismo sin modificar el volumen del aire.

Las toberas se utilizan para lanzar aire a gran velocidad con una pérdida de carga reducida. Se consigue un gran alcance y una gran inducción. Son adecuadas para grandes superficies.

A la hora de seleccionar la boca de aire adecuada debes tener en cuenta los siguientes parámetros:

  • Alcance o flecha: es la distancia horizontal que recorre una corriente de aire desde su boca de salida hasta un punto donde la velocidad del aire alcanza un valor mínimo de 0.25 m/s a 2,1 metros por encima del suelo. Depende de la velocidad del aire primario a la salida de la boca.
  • Caída: es la distancia vertical que se desplaza el aire desde la boca de salida hasta el final de su trayectoria de propulsión.
  • Inducción: es el arrastre de aire procedente del espacio a acondicionar por el aire impulsado por la boca. Depende de la velocidad del aire de impulsión. El aire de impulsión se denomina primario, mientras que el aire que será aspirado y arrastrado a lo largo de la trayectoria del aire primario se llama secundario. La corriente total, formada por la mezcla, se denomina aire total. La pérdida de velocidad del aire depende de la relación de inducción por lo que cuanto mayor sea ésta menor será el alcance. Si disponemos de dos bocas de salida con la misma área, la de mayor perímetro tiene mayor inducción y, por tanto, su alcance es más corto.
  • Dispersión: es el ángulo de divergencia de la corriente de aire después de salir de la boca de impulsión. Hay una dispersión el plano horizontal y otra en el plano vertical. Una boca de salida sin ninguna rejilla que haga convergir o divergir el flujo produce una dispersión de unos 20º. El tipo y la forma de la boca de impulsión hacen variar este ángulo, pero lo habitual son valores entre 15º y 25º.

Debes conocer

En la década de 1930 un rumano, Henri-Marie Coanda, descubrió que una corriente de fluido o gas dirigido hacia una superficie convexa tiende a pegarse a la misma. Esto puede comprobarse acercando una cuchara a un chorro de agua. Lo inusual en el Efecto Coanda es el hecho de que el fluido o el flujo de gas se atraigan tan fuertemente por una superficie curva.

Coanda descubrió y probó su efecto en los aviones. Estudió su avión durante más de 20 años para demostrar que el aire a lo largo del ala del avión se desvía hacia abajo debido a la forma del ala. El aire sale del ala, empujando el avión hacia arriba dándole un impulso de sustentación.

Este efecto también se utiliza en el acondicionamiento de aire. El efecto Coanda aumenta el alcance de un difusor de techo. Hace que el aire que sale del difusor suba y se pegue al techo, lo que le permite llegar más lejos antes de caer. La corriente de aire en movimiento adyacente a la superficie del techo crea un área de baja presión, haciendo que el aire permanezca en contacto con la superficie. Esto hace que un chorro de alta velocidad de aire acondicionado puede ser descargado o distribuido a lo largo de la superficie de un techo. A medida que el aire fluye desde el difusor, su velocidad disminuye y cae suavemente en la habitación. En la siguiente imagen puedes ver como una vena de aire se adhiere al techo y, para ello, la orientación de la persiana de salida debe direccionarse hacia arriba con un pequeño espacio de salida para aumentar su velocidad y alcance, mediante el efecto Venturi que conocemos. En invierno, la salida de aire caliente debe direccionarse hacia abajo.



En mecánica de fluidos, el efecto Coandă es el fenómeno físico en el cual una corriente de fluido —gaseosa o líquida— tiende a ser atraída por una superficie vecina a su trayectoria. El término fue acuñado por Albert Metral en honor al ingeniero aeronáutico rumano Henri Coandă, quien descubrió el efecto en su prototipo de un avión de reacción.