Los lenguajes de marcas utilizan una serie de etiquetas especiales intercaladas en un documento de texto sin formato. Dichas etiquetas serán posteriormente interpretadas por los intérpretes del lenguaje y ayudan al procesado del documento.
Las etiquetas se escriben encerradas entre ángulos, es decir < y >. Normalmente, se utilizan dos etiquetas: una de inicio y otra de fin para indicar que ha terminado el efecto que queríamos presentar. La única diferencia entre ambas es que la de cierre lleva una barra inclinada "/" antes del código.
<etiqueta>texto que sufrirá las consecuencias de la etiqueta</etiqueta>