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4.- Clases abstractas.

Caso práctico

Programador trabajando con su ordenador. Vista frontal.
Ministerio de Educación y FP (CC BY-NC)

María está desarrollando nuevas clases para el proyecto de la Clínica Veterinaria y se ha dado cuenta de que, para aprovechar toda la potencia de la herencia, le vendría bien definir algunas clases que, sin embargo, nunca va a llegar a instanciar: – “¡Qué raro! Estoy definiendo una clase de la que nunca voy a tener objetos. Voy a instanciar a sus subclases, pero nunca a la superclase…”. – Piensa María en voz alta.
– “¡No te preocupes! En realidad no es tan raro…”. – Le contesta Juan, que acaba de llegar.
– “¿Ah no? ¿Tú crees?”.
– “Totalmente. Es más habitual de lo que piensas. Son las clases abstractas. Y si has llegado tú misma a la conclusión de que las necesitas, mejor todavía, pues vas a entender con más facilidad su funcionamiento.”.
– “¡Genial! Cuéntame más…”.

En determinadas ocasiones, es posible que necesites definir una clase que represente un concepto lo suficientemente abstracto como para que nunca vayan a existir instancias de ella (objetos). ¿Tendría eso sentido? ¿Qué utilidad podría tener?

Imagina una aplicación para un centro educativo que utilice las clases de ejemplo Alumno y Profesor, ambas subclases de Persona. Es más que probable que esa aplicación nunca llegue a necesitar objetos de la clase Persona, pues serían demasiado genéricos como para poder ser utilizados (no contendrían suficiente información específica). Podrías llegar entonces a la conclusión de que la clase Persona ha resultado de utilidad como clase base para construir otras clases que hereden de ella, pero no como una clase instanciable de la cual vayan a existir objetos. A este tipo de clases se les llama clases abstractas.

En algunos casos puede resultar útil disponer de clases que nunca serán instanciadas, sino que proporcionan un marco o modelo a seguir por sus clases derivadas dentro de una jerarquía de herencia. Son las clases abstractas.

La posibilidad de declarar clases abstractas es una de las características más útiles de los lenguajes orientados a objetos, pues permiten dar unas líneas generales de cómo es una clase sin tener que implementar todos sus métodos o implementando solamente algunos de ellos. Esto resulta especialmente útil cuando las distintas clases derivadas deban proporcionar los mismos métodos indicados en la clase base abstracta, pero su implementación sea específica para cada subclase.

Imagina que estás trabajando en un entorno de manipulación de objetos gráficos y necesitas trabajar con líneas, círculos, rectángulos, etc. Estos objetos tendrán en común algunos atributos que representen su estado (ubicación, color del contorno, color de relleno, etc.) y algunos métodos que modelen su comportamiento (dibujar, rellenar con un color, escalar, desplazar, rotar, etc.). Algunos de ellos serán comunes para todos ellos (por ejemplo la ubicación o el desplazamiento) y sin embargo otros (como por ejemplo dibujar) necesitarán una implementación específica dependiendo del tipo de objeto. Pero, en cualquier caso, todos ellos necesitan esos métodos (tanto un círculo como un rectángulo necesitan el método dibujar, aunque se lleven a cabo de manera diferente). En este caso resultaría muy útil disponer de una clase abstracta objeto gráfico donde se definirían las líneas generales (algunos atributos concretos comunes, algunos métodos concretos comunes implementados y algunos métodos genéricos comunes sin implementar) de un objeto gráfico y más adelante, según se vayan definiendo clases especializadas (líneas, círculos, rectángulos), se irán concretando en cada subclase aquellos métodos que se dejaron sin implementar en la clase abstracta.

Esquema que muestra una estructura jerárquica de herencia con una superclase (ObjetoGrafico) y tres subclases (Rectangulo, Circulo y Linea).
Ministerio de Educación y FP (CC BY-NC)

Autoevaluación

Pregunta 1

Una clase abstracta no podrá ser nunca instanciada. ¿Verdadero o Falso?