Veamos en qué consiste este servicio. Todos los nodos de una red deben tener una dirección IP (siglas en inglés de Internet Protocol, traducido significa Protocolo de Internet). El protocolo IP utiliza esta dirección para identificar los distintos nodos de Internet. Las direcciones IP se organizan en cuatro grupos de 8 bits y una dirección se representa de esta forma: 208.86.217.103.
Las direcciones IP son difíciles de recordar y, por lo tanto, es muy engorroso su manejo. A las personas nos resulta más fácil acordarnos de www.google.es que de un conjunto de números.
El DNS (siglas en inglés de Domain Name System, traducido significa Sistema de Nombres de Dominio) tiene por objeto facilitar esta tarea y permite traducir una dirección del tipo www.google.es a una dirección IP y viceversa.
Por lo tanto, DNS es una base de datos distribuida, con información que se usa para traducir los nombres de dominio en números de protocolo de Internet (IP).
Los nombres son más fáciles de recordar y usar por las personas, pero hay que tener en cuenta, que la expresión numérica es la forma en que las máquinas pueden encontrarse en Internet.
Es una base de datos construida sobre una red de ordenadores y no en una máquina aislada. La información que constituye la base de datos esta almacenada en diferentes sitios en la red, y las aplicaciones que se ejecutan acceden a los datos en distintos sitios.