Caso práctico
Alberto, el encargado de mantenimiento de los equipos informáticos del IES Montes Claros, ha telefoneado a María, la Técnico Superior en Administración de Sistemas Informáticos en red, que trabaja en la empresa que les ayuda con el mantenimiento del centro. Alberto quiere preguntarle cómo pueden solucionar el problema de la conexión a la red desde el departamento de Latín.
-Hola María, soy Alberto, del IES Montes Claros.
-Hola Alberto, cuanto tiempo sin hablar. ¿Cómo os va todo por ahí? ¿Tenéis algún problema en el centro? –preguntó interesada María.
-Bueno -contestó Alberto-, la verdad es que sí. ¿Recuerdas donde está ubicado el departamento de latín del centro? Al final del pasillo de la primera planta.
-Sí, lo recuerdo. Se que está un poco alejado del resto de los departamentos.
-Así es, María. El problema que tenemos ahora es cómo proporcionarle acceso a la red.
-Yo creo -respondió María-, que la mejor solución sería colocar un punto de acceso inalámbrico en el pasillo del departamento de latín. Este punto de acceso tendrá que estar unido mediante cable a un armario de comunicaciones que hay al otro lado del pasillo. Eso proporcionará un área de alcance para una red inalámbrica suficiente para que incluya también al departamento de latín.
-¿Y con esto sería suficiente, Maria?
-Bueno, además de instalar el punto de acceso, habría que dotar al equipo del departamento de una tarjeta de red inalámbrica para que pueda detectar y conectarse a la señal que transmite el punto de acceso. –Explicó María pacientemente a Alberto- La ventaja es que lo podréis configurar para que se utilice con todos los dispositivos que se encuentren en el área de acción de esta antena.
-Eso esta bien, pero ¿No existe la posibilidad de que nuestros alumnos y alumnas se intenten conectar también, por ejemplo, con sus teléfonos móviles? –la duda de Alberto era clara. No quería Internet en los teléfonos del alumnado.
-No te preocupes, Alberto, para eso existen una serie de configuraciones sobre seguridad en redes inalámbricas para que eso no suceda.
-Una vez que ya tengo todas las dudas aclaradas, ¿Podríais pasaros por el centro para darnos presupuesto de lo que nos puede costar esto? –preguntó Alberto.
-Sin problema, ¿te viene bien mañana?