Hasta aquí no parece haber problemas más allá de la complejidad de la propia clave, pero vamos a ver que no es el único problema. En un contexto en el que queremos enviar un mensaje a otro destinatario y si partimos de la base de que el destinatario tiene que conocer la clave para poder descifrar el mensaje, ¿cómo hacemos llegar a éste la clave? Si enviamos la clave junto al mensaje, corremos el riesgo de que dicho mensaje sea interceptado con la clave, de forma que podrá ser descifrado.
Por lo tanto, tenemos un primer problema, que es enviar la clave se forma segura al destinatario, pero aún hay otro problema más. Necesitaríamos una clave diferente para cada uno de los destinatarios, ya que, si utilizásemos siempre la misma clave, sería conocida por todos y se perdería la confidencialidad deseada. En la práctica, utilizar una clave para cada uno de los destinatarios en inviable.
