Las servoválvulas se utilizan en sistemas hidráulicos para controlar caudales, pudiendo regular variables de proceso como niveles, presiones, temperaturas, composiciones en mezclas, etc.
Según el número de vías se distinguen las de dos, tres y cuatro vías.
Según su accionmiento, pueden ser eléctricas o neumáticas. Las primeras llevan un pequeño servomotor, o motor eléctrico con un control de posición, que puede ser a través de un potenciómetro. La apertura se controla con una señal en tensión o intensidad.
Las neumáticas llevan un "globo" con una menbrana interna, que hace mover el obturador a través de la presión del aire.
Una servoválvula es una válvula gobernada por un accionamiento eléctrico, neumático o hidráulico.