Si piensas en la primera ley de la termodinámica, que nos dice que la energía no se crea ni se destruye, sino que únicamente se transforma, y analizas los cambios de energía que se producen en un determinado proceso cuantificando cada uno de ellos, ¿sabes cómo se llama este análisis? Estás haciendo un balance energético.
Dicho balance energético no deja de ser una foto de lo que está ocurriendo con la energía de una instalación en el instante de la toma, y que por supuesto puede variar, y varía en el tiempo.
Para una instalación de generación de frío, en general tendremos que se toma una energía eléctrica de la red, mediante la que se extrae una cantidad de calor de uno de los focos y se transmite al otro foco, todo este proceso conlleva necesariamente unas pérdidas que se producen en todo el trayecto.