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1.- El siniestro.

Caso práctico

Antonio vestido con una camiseta a rayas blancas y grises mirando unos documentos delante de una estantería.

Antonio ha comenzado ha realizar su trabajo. Hasta ahora el se ha dedicado a labores administrativas, pero nunca había pensado que una de esas labores está en gestionar las relaciones con las entidades aseguradoras cuando ocurre un siniestro.

Antonio ha decidido comenzar por determinar en primer lugar los tipos de seguros, después para cada uno de ellos determinará las situaciones de siniestro, es decir, determinar los riesgos y las causas posibles de los siniestros.

A continuación se centrará en el análisis de la documentación que hay que entregar a la entidad aseguradora y el plazo que tiene para hacerlo.

Como has visto en la unidad anterior, la finalidad de un contrato de seguro es cubrir el riesgo que suponen determinadas operaciones o actividades.

Este riesgo, aunque incierto, ha de ser posible o probable.

Y como sabes, cuanto mayor sea la posibilidad o certidumbre de materialización del riesgo, mayor será la prima.

Pero, ¿cómo se materializa el riesgo?

Pues dependiendo de que tipo de seguro estemos hablando, el riesgo se materializará de una forma u otra, pero en todos los casos se denomina siniestro.

Por lo tanto, el siniestro es el hecho que hace materializarse el riesgo, es decir, da lugar a que el objeto o el sentido del contrato de seguro surta los efectos oportunos.