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2.- Consecuencias del siniestro.

Caso práctico

Fernando cogiendo una carpeta de una estantería en la que hay diferentes archivadores de distintos colores.

María ha comentado con su hermano Fernando la situación en la que se encuentran algunos de los seguros con los que cuenta la empresa.

En concreto le preocupa la situación de unos antiguos seguros que tenía contratados la empresa desde hace bastantes años.

Según María, con estos seguros (que habían sido contratados por su padre cuando este gestionaba la empresa) ocurren dos situaciones: unos tienen un valor asegurado de los bienes que es mayor al valor real de esos bienes, y en otros ocurre todo lo contrario.

Fernando le comenta que es necesario revisar los contratos para adaptar las primas y el capital asegurado al valor real ya que esas situaciones pueden influir y mucho en la posible indemnización que tendría que pagar la aseguradora.

Cuando ocurre un siniestro cuyo riesgo está amparado por una póliza de seguros, como ya conoces, la consecuencia directa para el asegurador es la obligación de indemnizar al tomador o al asegurador.

Podríamos decir que hay una consecuencia económica que afecta a la compañía aseguradora (y por extensión al asegurado).

Pero además, todo siniestro tiene una consecuencia jurídica. A este tipo de consecuencia se le denomina responsabilidad civil, y en este caso recae sobre el asegurado o asegurada, es decir, sobre el transportista.

En los apartados siguientes vamos a ver las dos consecuencias fundamentales del siniestro: la económica (indemnización) y la jurídica (responsabilidad civil).