Entre los múltiples criterios de clasificación de los organigramas que existen, destacamos algunos:
Según el fin de los mismos:
- Informativos. Su objeto es informar al público en general sobre la empresa en cuestión.
- Analíticos. Estudian y analizan la estructura con mayor profundidad y detalle.
Según la información que nos proporcionen:
- Funcionales. Reflejan las funciones o tareas de los distintos órganos.
- Nominales. Indican los nombres de las personas que realizan las tareas.
Según el ámbito, los organigramas se clasifican en:
- Generales. Representan todo el conjunto de la empresa ofreciendo una visión global de la misma.
- Parciales. Representan una parte de la estructura.
Según la forma, pueden ser como vemos en la tabla inferior verticales, horizontales, mixtos o circulares:
Verticales
Se desarrollan de arriba a abajo. Los puestos de dirección más altos se sitúan en la parte superior del gráfico. El resto de los puestos se distribuyen en orden decreciente de autoridad y responsabilidad, adoptando el conjunto forma piramidal. Es la forma más utilizada. Tienen una variante que se denomina de bloque y tienen la particularidad de integrar un mayor número de unidades en espacios más reducidos. Por su cobertura, permiten que aparezcan unidades ubicadas en los últimos niveles jerárquicos.

Horizontales
Se desarrollan de izquierda a derecha, y los distintos niveles de autoridad se disponen en columna. Los puestos colocados más a la izquierda son los más altos, con funciones directivas y a medida que se desplazan hacia la derecha menos directivos y más ejecutivos.

Mixtos
Supone un estilo intermedio entre los verticales y horizontales para ampliar las posibilidades de representación. Se usan en el caso de organizaciones con un gran número puestos en la parte baja del organigrama.

Circulares
Los distintos niveles se representan a través de círculos concéntricos. En el centro, aparecen los puestos más altos de la dirección y a medida que avanzamos hacia el exterior los menor rango de responsabilidad.
