Caso práctico
Juan está probando la creación de un paquete autoinstalable para la aplicación. Él se propone crear un paquete para distribuir la aplicación en sistemas Linux tipo Ubuntu. Desea empaquetar la aplicación en un paquete Debian.
Juan está probando la creación de un paquete autoinstalable para la aplicación. Él se propone crear un paquete para distribuir la aplicación en sistemas Linux tipo Ubuntu. Desea empaquetar la aplicación en un paquete Debian.
Ese fichero será un fichero de ejecutable en Windows (extensión exe), un paquete Debian (fichero con extensión deb) en distribuciones Linux basadas en Debian (Debian, Ubuntu, etc.), un paquete rpm en distribuciones estilo Red Hat (Red Hat, Suse, etc).
Si nos encontramos en Windows, el paquete autoinstalable será una aplicación que, una vez lanzada por el usuario, realizará la descompresión de todos los archivos de la aplicación, creará las carpetas que la aplicación necesita, copiará los archivos a sus directorios de destino, añadirá y/o modificará entradas en el Registro de Windows, añadirá las entradas en el menú de aplicaciones y mostrará accesos directos en el Escritorio.
Durante todo este proceso, el usuario puede interaccionar eligiendo componentes a instalar, modificando los directorios de instalación, si se crean o no accesos directos, o puede optar por las opciones por defecto.
Si estamos distribuyendo una aplicación para Ubuntu, por ejemplo, lo que se crea es un paquete deb. Este tipo de archivo contiene todos los archivos y directorios de la aplicación. Cuando el usuario quiere realizar la instalación del paquete, ejecuta el "Software de Ubuntu", que nos irá mostrando las ventanas de instalación de la aplicación.