Cuando realizas el cálculo de un sistema de conductos tienes como datos los caudales necesarios en cada espacio a ventilar o acondicionar. De ahí obtienes los diámetros o secciones necesarias, junto con velocidades y presiones necesarias. Con todos estos datos tienes que entrar en el catálogo de los fabricantes y seleccionar el ventilador adecuado.
En el catálogo encontrarás varios ventiladores que cumplen las exigencias de caudal y presión. Para elegir dentro de la gama disponible habrá que tener en cuenta otras características como son el tamaño, el número de revoluciones a las que debe girar el rotor, la potencia que debe ser entregada a su eje, el rendimiento con el que funciona, la tensión y el tipo de corriente, la disposición de la transmisión y el ruido generado.
El punto ideal de funcionamiento es el que corresponde a su máximo rendimiento y es con el que debería coincidir el punto de diseño del mismo. En una auditoría energética, uno de los factores de comprobación es que el punto de funcionamiento aporte el máximo rendimiento, tal como se aprecia en la imagen siguiente:
Vamos a ver un ejemplo de selección con la ayuda del diagrama de un ventilador real.