Caso práctico

La empresa está creciendo rápidamente y el trabajo se amontona día a día. No paran de hacer cálculos, pero se están dando cuenta de que utilizan la hoja de cálculo como si fuera una calculadora y eso no tiene ningún sentido, pues han oído que es un programa que permite rentabilizar el trabajo.
Alicia:- Estoy un poco cansada de inventar todo el día fórmulas para hacer presupuestos, yo creía que de esto se ocupaba el programa.
Javi:- En efecto, el programa se encarga de hacer los cálculos, porque dispone de fórmulas predefinidas y nosotros y nosotras únicamente tenemos que decirle los datos con que va a trabajar.
Juan: - A ver… que no me queda muy claro. Por ejemplo, si yo quiero saber qué cliente o clienta nos ha comprado más el mes pasado, ¿existe una función que lo hace automáticamente?.
Alicia:- Vamos a probarlo, cogemos la hoja de las ventas y escribimos la función, ¿Pero cómo sabemos cuál es?
Javi:- Porque están agrupadas por categorías. Además existe un sinfín de ellas, no os lo podéis imaginar.
Juan:- Bueno, bueno. Vamos a mirar un poco algunas de ellas para irnos familiarizando, y así saber siempre cual tenemos que elegir.
Alicia:- Tenemos que buscar unas para sacar en todos los documentos la fecha, sacar extractos con lo que nos ha comprado cada cliente y clienta, también quiero saber la media de las ventas, ¡bueno que se me llena la cabeza de deseos!.
Juan:- Por fin creo que voy a dejar de soñar con las fórmulas, ¡Y yo perdiendo el tiempo sin saber que ya está todo inventado, simplemente hay que saber utilizarlo!.
Es una fórmula predefinida por un programa que ya tiene definido su cometido y trabaja con argumentos separados por el símbolo “;”, y son éstos los que debe de introducir el usuario.