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1.1.2.- Materiales no férreos – Calidades.

Ilustración de trazas de cobre.
Baker v epruveti / Wikipedia Commons (GNU/GPL)


¿Qué te sugiere el término no férreo? Pues, por lógica, podría ser aquello que no tiene hierro en su composición química. Estás en lo cierto. Los más empleados en las instalaciones térmicas y de fluidos son el cobre, el bronce y el latón. El primero de ellos lo verás principalmente en forma de tuberías y accesorios mientras que el resto es muy empleado en la fabricación de valvulería.

¿Cuál es la razón de que el cobre sea considerado uno de los mejores materiales? Pues bien, he aquí algunos de los motivos:

Alta resistencia a la corrosión.

  • Inalterable al paso del tiempo en características físicas y químicas.
  • Alta conductividad térmica y eléctrica.
  • Resistencia a las elevadas presiones.
  • Mínimas pérdidas de carga.
  • Facilidad de manipulación, al ser ligero, y de mecanizado y conformado.
  • Resistencia al ataque de materiales empleados en construcción, con lo que es muy utilizado en instalaciones empotradas.
  • Material resistente a las bajas temperaturas (empleado en inst. frigoríficas excepto en aquellas que trabajan con amoníaco).

Pero como todo, tiene sus desventajas al presentar incompatibilidad para su uso con el amoníaco además de un precio elevado.

Ilustración de varias tuberías de cobre rígido.
Imagen de D-Vu en Pixabay (Pixabay License)


¿En qué formatos se suministra la tubería de cobre y dónde se emplea cada uno de ellos? Pues existen dos formas de suministro: en tiras rectas y en rollos. En el primer caso, se trata de barras rectas de 5 a 6 metros de cobre duro, lo que les confiere rigidez, excelente resistencia al choque y un perfecto acabado. Este formato se emplea mayoritariamente en instalaciones de agua, gas y refrigeración en las que es necesario el tendido de grandes longitudes con mínima deformación. En el caso de los rollos, éstos se obtienen a partir del cobre duro tras conferirle un tratamiento térmico de recocido, del que se hablará más adelante. Se fabrican en longitudes de hasta 50 m y se emplean principalmente en instalaciones de agua, gas y refrigeración que precisen el trazado de recorridos irregulares o sinuosos y la adaptación al lugar en el que vayan a ser instalados.

Debes tener en cuenta que la designación del tubo es diferente en función de a qué sector vaya dirigido. En el caso de la tubería empleada en instalaciones de agua y gas, se rige por la norma UNE-EN 1057+A1:2010 y se designa por el diámetro exterior en mm o por el diámetro exterior y el espesor de pared, aunque hay que indicar que éste normalmente es de 1mm. En el caso de la tubería empleada en instalaciones de refrigeración y aire acondicionado, se rige por la norma UNE EN 12735-1:2016 y se designa por el diámetro exterior en pulgadas. Hay que señalar que el tubo frigorífico se diferencia del resto por el hecho de venir taponado en sus extremos para evitar la entrada de humedad ambiental.

Además del cobre, el bronce (aleación cobre-estaño) y el latón (aleación cobre-zinc) son dos materiales, que por su fácil mecanizado y óptimas características ante la corrosión y desgaste son empleados para la fabricación de válvulas y accesorios, partiendo de producto estampado en caliente.

Por último, el aluminio se emplea principalmente para la fabricación de radiadores de calefacción.