–Del mismo modo, que hay que saber utilizar una brújula para servirse de ella, es necesario saber registrar e interpretar los hechos contables –puntualiza Elena–. En primer lugar, tienes que saber que hay una contabilidad de costes y una contabilidad financiera, cada una se encarga de un ámbito distinto y proporciona información diferente que incumbe a diferentes personas. A nosotros, como socios, nos interesa la información que nos proporcionen ambas contabilidades.
El estudio y registro de las operaciones de la empresa, puede realizarse desde enfoques distintos, por eso vamos a distinguir dos tipos de contabilidad:
La contabilidad externa, general o financiera: registra las operaciones que implican variaciones de los elementos patrimoniales de la empresa, indicando si el resultado del ejercicio económico es positivo (beneficios) o negativo (pérdidas).
EJEMPLO: la contabilidad financiera registra operaciones como la concesión de un crédito, por parte de un banco a nuestra empresa.
La contabilidad interna, analítica o de costes: se encarga de calcular los costes en los que incurre la empresa para obtener su producto y proporciona información sobre la eficiencia de cada sección o departamento de la empresa. Por lo tanto, podemos concluir que la contabilidad de costes facilita el análisis, la planificación y el control de la gestión empresarial.
Si recordamos el ciclo de explotación de la empresa que analizamos en la unidad primera de este módulo, podemos apreciar el campo de cada una de estas dos contabilidades:
La contabilidad (analítica y financiera) registra cada uno de los procesos que se desarrollan en este ciclo:
La contabilidad general o financiera estudia los flujos externos de valores, es decir, los que se producen entre la empresa y el mundo exterior:
Compra de materias primas y adquisición de otros factores productivos.
Venta de productos terminados.
Cualquier otra operación con terceros.
La contabilidad analítica o de costes estudia los flujos internos de valores, es decir, los que se producen dentro de la empresa:
Entrada de los factores de producción en el proceso de transformación.
Entrada de los productos terminados al almacén.
Envío del producto a los canales distribución...
De este modo, podemos concluir que la información que proporciona la contabilidad analítica o de costes se destina a los usuarios internos de la empresa, mientras que la contabilidad financiera interesa tanto a los usuarios internos como a los externos.
Es el período de tiempo que transcurre desde que la empresa adquiere los factores de producción, que se incorporan al proceso de transformación, hasta la venta y cobro de los productos terminados. Cuando la duración del ciclo de explotación es difícil de determinar en una empresa, (que suele ser lo habitual), se entiende que es de un año.
En economía, el término eficiencia relaciona los resultados obtenidos con los recursos utilizados, de modo que se puede definir como el logro de un resultado consumiendo el menor número de recursos posibles. En otras palabras, consiste en lograr el máximo rendimiento con el mínimo empleo de recursos posibles.
Es la unidad de tiempo utilizada como período de referencia, en parámetros contables, fiscales y/o de planificación de objetivos de la empresa.
Son las diferentes partidas que forman el patrimonio de la empresa: bienes, derechos y obligaciones.
Representa una disminución del valor de la empresa. En las operaciones de la empresa no se ha podido recuperar el gasto producido a lo largo del ejercicio y por tanto, al finalizar, el valor de la empresa es menor que la inversión realizada, al iniciar el ejercicio.
Representa el incremento de valor neto que ha experimentado la empresa como consecuencia de las operaciones realizadas durante el ejercicio. Estas operaciones han permitido que la empresa compense los gastos incurridos y además, han generado un excedente que aumenta el valor de la inversión realizada al inicio de la actividad.