Caso práctico

– ¡Muy bien! – exclama Luis, satisfecho, a la vez que contempla el balance de previsión que acaban de elaborar.
Han estado muchas horas confeccionándolo, consultando precios, calculando todos los detalles con cuidado... ¡Ha sido un esfuerzo que ha merecido la pena! Sin embargo, una extraña sensación invade a Luis, se está dando cuenta que, a pesar del balance, no sabe si su empresa funcionará bien o no, con dicha estructura.
Luis se ha quedado pensativo. Elena, le mira divertida. Sabe qué está pensando. Luis ha aprendido los elementos que componen un balance y cómo se elabora, pero aún no sabe interpretarlo. Tendrá que explicárselo: