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2.1.- Expectativas y demandas del cliente.

A ti seguro que también te ha ocurrido. Influenciados por una publicidad interesada, por no ir más allá, hemos comprado un producto que después nos ha defraudado. ¿De qué dependen las expectativas que nos creamos?

Del mismo modo, los clientes acuden a nuestra empresa con el objetivo de recibir un servicio. Pueden venir para adquirir un producto o para efectuar algún trabajo. Sus expectativas son las suposiciones que ellos se plantean acerca del producto o del servicio que desean que les prestemos. Estas expectativas varían bastante y dependen de múltiples factores achacables tanto al propio cliente como al mismo producto o prestación que se le ofrece. Por regla general, según los expertos en este campo, el cliente muestra unos umbrales o niveles de expectativas respecto al servicio que le presta nuestra empresa:

SERVICIO DESEADO es el que el cliente desea recibir a nivel  de su propia percepción. Es decir, es la imagen que idealiza a partir de sus conocimientos y de su personalidad. Esta expectativa podría estar fuera de la lógica de nuestra empresa, como por ejemplo, el cliente que solicita la reparación de una fuga de agua en su empresa y espera que al finalizar la repación dejemos cubierta la zanja y limpio el entorno. No obstante, si prestamos este servicio complementario, el cliente estará complacido.

SERVICIO ADECUADO es el que el cliente considera aceptable. Representa el mínimo tolerable. Lógicamente, este mínimo será variable de unos clientes a otros y también por factores como su educación, personalidad, estatus social, etcétera. Por ejemplo, en el caso anterior, puede considerar adecuado que tapemos la zanja pero que no se realice el acabado superficial y la limpieza del entorno próximo. Dejar la zanja tapada y llevarnos los restos desechables de la repación dejará al cliente satisfecho.

La diferencia entre lo deseado y lo adecuado el cliente las asume psicológicamente a través de su ZONA DE TOLERANCIA. Dentro de esta zona, el cliente percibe que se cumplen sus expectativas en un porcentaje suficiente, considera que el servicio es casi satisfactorio. La “anchura” de esta zona determinará si un cliente es más fácil o difícil de satisfacer. En ella influyen fundamentalmente dos circunstancias:

  • La importancia que el cliente conceda a determinados factores del servicio. Esto quiere decir que, por ejemplo, si es una persona meticulosa, dará mucha importancia al orden y limpieza en nuestro servicio y por ello, tendrá una tolerancia más estrecha que a lo mejor en el precio o en el tiempo de prestación. La experiencia cotidiana dice que el factor precio muchas veces desencadena una zona nula de tolerancia. Esto significa que si el cliente acude a una empresa porque es la única que le oferta un precio asequible para él, no permitirá que dicho precio se altere del pactado, aun cuando la empresa, con buena fe, le oferte algún servicio extra.
  • El número de veces que se utiliza el servicio. La primera vez, la zona de tolerancia es más ancha. Al repetir las visitas al servicio el cliente comienza a ser más exigente.

En muchas empresas se comete el error de pensar que las expectativas del cliente son complejas y rebuscadas. Sin embargo, en su mayor parte son simples y básicas. Establecer una relación estrecha con el cliente que nos permita anticipar sus pretensiones facilita el superar sus expectativas y lograr satisfacción y fidelidad.  Pero cuidado, el cliente evoluciona y sus expectativas con él.

Demandas del cliente

Hemos visto algunos conceptos que tienen relación con las expectativas que tiene el cliente, antes de tener contacto directo con nosotros. Vamos a proseguir analizando la relación cliente-profesional, interesándonos ahora por lo que demandan nuestros clientes al llegar a nuestra empresa. Tales demandas de nuestros clientes son, principalmente, las siguientes:

  • Profesionalidad: o sea, calidad en el trabajo realizado. Da lo mismo que sea una auditoría sobre elconsumo de agua, que la colocación de una depuradora o la reparación de una red de abastecimiento. Tener que volver por una reparación deficiente es la mayor fuente de insatisfación de nuestros clientes.
  • Rapidez en el servicio: el quedarse sin suministro de agua es uno de los mayores trastornos y lo que se desea volver a su rutina cuanto antes. En el caso de suministros de agua industriales, de los que el cliente pueda depender económicamente, esta demanda cobra un valor añadido.
  • Precio razonable al servicio prestado o, por lo menos, precio razonado. Es decir, si la reparación resulta cara, el cliente quiere saber, al menos, la causa de ese coste. Incluso aunque no entienda nuestras explicaciones, se debe hacer un esfuerzo para justificarle pormenorizadamente el porqué de dicho valor. El cliente debe salir pensando que “bueno, no había más remedio”, nunca que “seguro que se han aprovechado de mi ignorancia”.
  • Trato excelente. Y este “excelente” es diferente para cada cliente. Hay clientes en los que, por su perfil psicológico, hay que enfatizar mucho en las formas, mientras que otros lo consideran trivial. De todas las maneras, esta deberá ser la prioridad de los profesionales que traten con el cliente.
  • Transparencia. Aunque no entienda los procesos técnicos de reparación, el cliente demanda que se le explique a grandes rasgos lo que se hace con su instalación o los detalles de los puntos críticos en una auditoría o la gravedad de una posible fuga de hipoclorito en una instalación de tratamiento de aguas.
  • Servicio de atención al cliente. Aun cuando no sea una demanda inmediata, sino a posteriori, el cliente valora no ser olvidado al abonar la factura. Un seguimiento mínimo de la reparación o información de ofertas y promociones (por e-mail, por ejemplo), son valorados muy positivamente. Además, contribuye a afianzar en la clientela la idea de que su problema ha sido nuestro problema y queremos estar seguros de haberlo resuelto y, por otra parte, ayuda a transmitirle que es un cliente valorado al que tratamos de forma preferente.

Autoevaluación

Pregunta

1.- Refiriéndonos a las expectativas de nuestra clientela, si trabajamos en la zona de tolerancia, podemos suponer que

Respuestas

Tienen unas expectativas que son claramente superiores al servicio prestado

El servicio que reciben, por regla general consideran que es adecuado

El servicio que reciben está por encima de sus expectativas y están gratamente sorprendidos

Prestamos un servicio deseado

Retroalimentación


Pregunta

2.- Refiriéndonos a los tipos de cliente, ¿qué afirmación es la correcta?

Respuestas

Un cliente está complacido si nuestro servicio superó sus expectativas.

Un cliente está complacido si nuestro servicio igualó sus expectativas.

Un cliente está insatisfecho si nuestro servicio igualó sus expectativas.

Un cliente está satisfecho si nuestro servicio superó sus expectativas

Retroalimentación


Pregunta

3.- Algunas de las principales demandas de la clientela son:

Respuestas

Profesionalidad, rapidez, asesoramiento y amabilidad.

Rapidez, trato excelente, cuidado y limpieza.

Rapidez, precio razonable, trato excelente y facturación rápida.

Profesionalidad, rapidez, transparencia y atención al cliente.

Retroalimentación