Caso práctico
Sara hoy se ha encargado de comprobar y reponer el equipamiento de protección de su grupo de trabajo. El trabajo de hoy es extremadamente delicado y hay que ser muy cuidadoso tanto con las protecciones individuales como con las colectivas. A la hora de seleccionar el material que van a llevar a la obra Sara no tiene grandes problemas, ha trabajado durante mucho tiempo en el almacén de la empresa y sabe muy bien cuáles son los equipos imprescindibles para una tarea como la de hoy. No obstante se asegura varias veces de contar con todo lo necesario antes de dar el visto bueno y dirigirse al trabajo. Finalmente le pide a su compañero Andrés que le confirme si todo está correcto.
"Todo en orden", le responde Andrés, "la primera parte de la tarea la has completado a la perfección". "¿La primera parte?", pregunta Sara. "Sí, bueno, seguramente me habrás oído mencionar que en estas cuestiones yo me guío por la 'triple A': Aseguramiento, Atención y Auxilio". Efectivamente Sara recuerda haber oído a Andrés hablar del tema pero le pide que le explique un poco más. "Con Aseguramiento me refiero a comprobar que contamos con todo lo necesario, que todo está en perfecto estado, que cada compañero cuenta con todo el equipo y hace uso correcto de él; lo de la Atención es más obvio, hay que evitar distracciones y llevar a cabo nuestro trabajo con rigor, especialmente cuando el nivel de riesgo es considerable; y por último, el Auxilio supone actuar con rapidez pero sin precipitación cuando las protecciones no han funcionado (o no han sido bien usadas) y se ha dado un accidente". Andrés afirma que una buena labor en las dos primeras cuestiones (Aseguramiento y Atención) llevan a que la posibilidad de que se dé la tercera (Auxilio) es muy remota. "Es lógico", piensa Sara, "justamente esa es la base de la Prevención de Riesgos Laborales".