Dentro de la informática, existe un tema de gran importancia que no se suele estudiar por no tener una incidencia directa sobre el funcionamiento del equipo, ni en general sobre su comportamiento. Se trata de la refrigeración.
Habrás notado que todos los equipos informáticos se calientan. La propia circulación de corriente eléctrica a través de los circuitos genera calor. El hecho de mantener componentes encerrados en una caja o torre sin ventilación directa genera calor. Los dispositivos digitales que funcionan con frecuencia de reloj, como el microprocesador, la tarjeta de vídeo o el chipset (conjunto de circuitos incluidos en la placa base y encargado de varias tareas) se calientan de manera importante.
Pero si observas en el interior de tu ordenador, verás que hay otros elementos que intentan evitar que la temperatura suba en exceso. La razón es que muchos de estos componentes son sensibles a la temperatura, es decir, con demasiada temperatura acabarían estropeándose. Si observas ese interior, en general podrás detectar varios sistemas para evitar el sobrecalentamiento:
- Disipador: elemento pasivo de alta conductividad térmica y con un diseño que favorece su enfriamiento.
- Ventilador: elemento activo que genera un flujo de aire intentando enfriar el componente al que apunta.
- Extractor: elemento activo que extrae el aire caliente del interior de una caja o torre.
Se suelen combinar estos tres elementos para evitar que la temperatura suba en los componentes más sensibles del ordenador, como el microprocesador. En la siguiente imagen puedes observar una combinación disipador + ventilador, presente en casi todos los equipos informáticos de sobremesa:
También existen otras soluciones en el mercado, para conseguir refrigerar adecuadamente tu equipo, como los tubos de calor o heat pipe, consistente en un tubo cerrado por ambos extremos con un fluido que se evapora y condensa en un rango de temperaturas:
O los sistemas de refrigeración por agua:
El objetivo de estos dispositivos será evitar que la temperatura en el interior del equipo informático aumente excesivamente y se estropee algún componente.