En el desarrollo de una conferencia se ha de aplicar el razonamiento, analizando cualquier indicio o señal, aplicando la inteligencia para dar respuesta a posibles cuestiones u objeciones planteadas en el transcurso de la conferencia.

Ya se comentó, que en una conferencia el oyente no se va a limitar a escuchar. Sería interesante, que desde el inicio de la conferencia todo el auditorio tenga conocimiento del protocolo que se seguirán, con el fin de que al orador no se le esté continuamente interrumpiendo. En la tercera parte de la conferencia (El Pie), es cuando por lo general se establecen el orden de la conferencia, las preguntas y objeciones. De este modo se evitarán interrupciones en cualquier momento de la exposición del tema.

Para ello se le puede facilitar al auditorio al inicio de la conferencia una libreta y lápiz donde podrá apuntar las cuestiones u objeciones que se le planteen durante la conferencia de este modo las podrá recordar cuando llegue el momento de poder expresarse.

En el caso de que sea multitudinaria, se podrá optar por que les hagan llegar al orador estas cuestiones y él seleccionará las más relevantes, que se resolverán en la última parte de la conferencia.

Pero lo que ha de primar para un buen orador, es conseguir un diálogo mental retórico durante toda su exposición. Ésto se puede conseguir gracias a las preguntas o expresiones retóricas. Éstas son planteadas por él con habilidad.