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2.2.- Medición del avance

¿Se puede medir el avance de la obra?

La respuesta es, sí y además los avances se pueden cuantificar.

 Medición del Avance de las actividades

Sobre el cronograma hay definidas unas fechas de cierre de actividades que coinciden, con los nudos o nodos del diagrama de red, en estas fechas de cierre se debe cuantificar el avance de la obra. La tarea de recogida de datos de campo recibe el nombre de “certificación”, las fechas de cierre de suelen coincidir con las fechas de certificación de tasadores externos. Al igual que las obras se ejecutan por fases, también se pagan por fases.  La certificación se cotejará con el avance previsto en la línea de base.

La medición del avance de las actividades se puede hacer de diferentes maneras, según la naturaleza del trabajo.  En función del tipo de medición se aplicarán:

  • unidades físicas, cuando la cantidad se puede medir de manera exacta en la obra, esta es la forma preferida de realizar las mediciones. Por ejemplo, metro cúbico de excavación, metro cuadrado de pintura, metro de cable, kilogramo de armadura, unidades de luminarias.
  • Porcentaje, cuando no es fácil medir por unidades físicas, hay que estimar porcentajes. Por ejemplo, curado del hormigón (porcentaje del tiempo transcurrido)
  • Hitos ponderados. La actividad se compone de varias unidades de obra y se asigna un peso cada una, que se convierte en un hito de control. Por ejemplo, la instalación de un colector de saneamiento, asignando pesos del 40% a la excavación de la zanja, 35% la colocación de la tubería, 10% al relleno y 15% la pavimentación.

Etapas en el seguimiento

El seguimiento podemos reducirlo a tres etapas sucesivas:

  • Cuantificación del avance de la obra. Consiste en medir en la obra el avance de las actividades para compararlo posteriormente con el avance previsto para ese periodo. El responsable hace un registro del avance en cantidades (m3, m2, Tn, Kg, etc.) o en porcentajes.
  • Actualización de la planificación. Se comparan los datos de la línea base, de lo previsto a lo realizado. Se recalcula el cronograma en función del desarrollo real de las actividades, ya que la ruta crítica puede haber variado y haberse desviado a otra rama de la red.
  • Interpretación de los resultados. Se deben analizar las causas del retraso o el adelanto sobre el cronograma de la obra, para averiguar si es algo puntual o representa una tendencia.

La investigación sobre el avance de las actividades puede parecer una tarea tediosa, pero no es así aunque la planificación incluya miles de actividades, sólo unas cuantas se desarrollan de manera simultánea.

En las empresas de construcción, es habitual que el planificador o un técnico de producción miran el avance de las actividades, aunque lo importante es que exista un protocolo de control donde anotar la situación de una actividad. Se debe apuntar el porcentaje realizado, dado que es importante comparar este porcentaje con lo que estaba previsto. Es muy importante que todos los participantes de la obra sean conscientes de los objetivos del proyecto, por eso se deberían desplegar gráficos y tablas de la planificación por toda la obra, para implicar a todos los trabajadores. No sirve de nada que el jefe de obra sepa lo que hay que entregar y cuando hay que hacerlo, si no lo saben sus subordinados.

Al igual que las obras se ejecutan por fases, también se pagan por fases. La certificación incluye el porcentaje de de obra ejecutado  ejecutado hasta el momento, por tanto, el cliente deberá abonar a la empresa encargada de la ejecución, idéntico porcentaje del presupuesto pactado.

Autoevaluación

Completa los huecos

En las fechas de cierre de actividades coinciden, con los nudos o nodos del , se mide el avance de la obra y se emiten , que suelen realizar y cuantifican los avances, que estima cuando no resulta fácil medir por .

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