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1.2.- Objetivos.

El mantenimiento de un sistema de redes de saneamiento/abastecimiento debe tender a la utilización óptima de la mano de obra, el equipo y los materiales para mantener el sistema en buen estado, de forma que pueda cumplir eficientemente su función. Normalmente, el mantenimiento puede dividirse en dos tipos: preventivo y correctivo. En general, cuanto mejor sea el mantenimiento preventivo que se realiza, menor es la cantidad de mantenimiento correctivo que será necesario.

En cualquier caso, tendrá que existir un equilibrio entre el coste del mantenimiento preventivo y el beneficio que se obtiene de él, no existiendo ningún método preciso para determinar exactamente cuánto mantenimiento preventivo se ha de realizar.

En el mantenimiento preventivo se suelen utilizar como herramientas la inspección del sistema y el análisis de los datos existentes sobre las áreas problemáticas detectadas en el pasado, lo cual servirá como guía a los equipos de mantenimiento sobre la localización y la frecuencia con la que se tendría que realizar el mantenimiento preventivo, obteniendo así unos resultados más efectivos. Una correcta programación del mantenimiento preventivo asegura una atención a todas las partes del sistema suficiente a menudo como para que los problemas puedan ser descubiertos y corregidos.

En cambio, el mantenimiento correctivo, de emergencia, o bajo demanda, se realiza como resultado de un problema observado o de la recepción de una queja específica. Requiere una acción inmediata para resolver la emergencia. Además de conseguir la resolución de la incidencia, es importante que la información resultante del mantenimiento correctivo sea utilizada en el establecimiento de los programas de mejora del servicio, estableciendo las medidas preventivas oportunas, para reducir así en el futuro el número de emergencias.

De manera general, los objetivos que se pretende alcanzar a través de la correcta ejecución del mantenimiento preventivo en las redes de abastecimiento y saneamiento son:

  • Fiabilidad, la instalación en su conjunto y sus elementos en particular van a operar en mejores condiciones de seguridad, ya que su estado y condiciones de funcionamiento van a ser conocidos en todo momento.
  • Disminución de tiempos muertos o tiempos de parada. En la medida en que tengamos nuestras redes revisadas, controladas y plenamente operativas, los indeseados cortes parciales de suministro y la inhabilitación de sectores de la red por avería serán reducidos considerablemente.
  • Mayor duración de los equipos e instalaciones. A través de un mantenimiento periódico alargamos considerablemente la vida útil de todos los elementos de la red.
  • Uniformidad en la carga de trabajo para el personal de Mantenimiento debido a una programación de actividades. El personal no trabaja a demanda, sino que tiene un organigrama pautado en el que se recogen tanto actuaciones de reparación de urgencia como revisiones rutinarias de mantenimiento.
  • Menor costo de las reparaciones. En la medida en que las tuberías y sus accesorios son revisados periódicamente y puestos a punto, el número y la gravedad de las averías decrece de manera sustancial.

Autoevaluación

Pregunta 1

El mantenimiento preventivo se lleva a cabo para resolver un problema observado ante la recepción de una demanda específica y requiere de una acción inmediata. Tras la resolución de la incidencia, es importante que la información resultante sea utilizada en el establecimiento de los programas mantenimiento correctivo.