Como un servicio imprescindible para la sociedad, el mantenimiento de redes de saneamiento y abastecimiento deben tener un programa específico que garantice un correcto funcionamiento de las instalaciones. En el transcurso de la vida útil de la instalación, esta va adquiriendo defectos que ocasionarán disminuciones de sección y depósitos que pueden originar fisuras e incluso roturas. El mantenimiento de redes de saneamiento debe considerar la siguientes tareas asociadas a algunos de sus puntos críticos más reseñables:
- Vaciado de fosas sépticas.
- Limpieza de arquetas y colectores.
- Saneamiento de canaletas y sumideros.
- Inspección de humedades o malos olores que puedan dar lugar a alguna rotura o pequeña fuga en tuberías y canalizaciones.
- Reparación de desperfectos en caso de que los hubiera.
Por lo tanto, las principales ventajas de un mantenimiento correcto son el mantenimiento de la capacidad hidráulica de las redes, la evitación de malos olores y formación de gases corrosivos y la garantía de evacuación de las aguas pluviales.
El mantenimiento profesional de una red de saneamiento debe llevarse a cabo periódicamente y de manera regular. El tiempo que debe transcurrir entre una operación de mantenimiento y otra será variable en función de la operación a realizar. No obstante, en términos generales, es aconsejable realizar una inspección de las tuberías al menos una vez al año.
Una vez identificados los elementos más sensibles y establecidos los parámetros críticos para el control del funcionamiento óptimo del sistema, se debe establecer un programa de mantenimiento, realizando distinciones entre las redes ubicadas en zona pública. Para aguas pluviales y residuales, esta actividad se debe llevar a cabo en los meses con menos precipitaciones. Es decir, cuando hay menos caudal para facilitar el proceso de las revisiones a realizar.
La extensión de la red a inspeccionar irá desde la acometida del abonado hasta la entrada de la EDAR y hará hincapié en los siguientes elementos críticos (según la normativa UNE-EN 752:2010 "Sistemas de desagües y de alcantarillado exteriores a edificios", entre otras):
- Limpieza de sumideros cada 3 meses.
- Inspección visual de la cámara de descarga cada 6 meses.
- Limpieza de colectores cada 6-12 meses.
- Inspección visual de pozo de registro cada 6 meses / limpieza cada 12 meses.
Más específicamente y con distintas periodicidades se plantean estas otras intervenciones en puntos concretos de la red de saneamiento:
- Tuberías y accesorios:
- Inspección visual de los elementos de registro.
- Verificar la estanqueidad de las tapas para evitar malos olores
- Verificar que no hay obstrucción de los conductos.
- Comprobación del estado de limpieza de la cubierta.
- Verificar la inexistencia de humedades en las proximidades de los recorridos de tuberías.
- Limpieza general de la Arquetas.
- Limpieza con agua a presión de sumideros.
- Limpieza de registros críticos.
- Grupo de bombeo de aguas residuales.
- Comprobar que las actuaciones de los comandos son correctas.
- Simular alarma de nivel.
- Comprobar consumo de bomba y funcionamiento general.
- Limpieza, y en su caso llenar de aceite la tapa sifónica.
- Inspeccionar visualmente el estado de todos los mecanismos de mando y protección.
- Comprobar el accionamiento mecánico de los contactores.
- Inspección de cables interiores.
- Comprobación de la posible existencia de calentamientos en las conexiones y ruidos en el motor.
- Verificar el aislamiento del motor entre fases, y entre fases y tierra.