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7.3.- Sistemas de identificación por radiofrecuencia.

Etiqueta de radiofrecuencia, anverso y reverso.

Ya los has visto en libros o juegos electrónicos, pero cada vez los verás en más productos. El intercambio de datos por radiofrecuencia entre un elemento con memoria portátil y un PC, es la base de los sistemas automáticos de identificación RFID. Las etiquetas inteligentes (RFID tags), consisten en un chip o circuito con memoria de datos, capaz de ser leído y escrito sin contacto, vía ondas de radio, usando antenas.

Los sistemas RFID pueden ser clasificados en diferentes formas. Puede distinguirse entre soluciones activas y pasivas. En el primer caso, se trata de una etiqueta activa con batería, mientras que en el segundo el tag emplea para transmitir sus datos, la energía recibida de la antena lectora. Las etiquetas pasivas, son de un costo mínimo y más pequeñas, presentan un rango de lectura más bajo, pero cuentan con una vida teóricamente indefinida.

También pueden distinguirse entre las que son sólo de lectura y la que son de lectura-escritura. En el caso de las etiquetas de sólo lectura, cuando han sido programadas, el código no puede ser modificado En cambio, en las etiquetas de lectura-escritura se puede actualizar la información.

La tecnología RFID tiene entre sus características, una gran resistencia a ambientes extremos y la posibilidad de integrarla en el producto o contenedor, permitiendo el marcaje en origen y su seguimiento a lo largo de la cadena de suministros. Precisamente, la tecnología RFID se está desarrollando con una gran rapidez, gracias a su empleo en varias aplicaciones en los sectores de la logística y de la gestión del inventario en los almacenes: Operaciones como la identificación de contenedores, trazabilidad de producto en proceso, vigilancia de artículos electrónicos, peajes, etc., son algunos de sus mercados de mayor proyección.

La RFID aporta a la cadena logística:

  • Reducción de costes al permitir un grado mucho más alto de automatización, trabajar con múltiples artículos a la vez y evitar las operaciones de etiquetado e intervenciones manuales.
  • Posibilita una gestión de inventario más fácil, ya que no precisa la visión directa de los artículos. Y mejora los tiempos de respuesta.
  • Aumenta la seguridad y visibilidad.

Los costes son uno de los inconvenientes. Además del equipo necesario, una etiqueta inteligente tiene un coste desde 5 céntimos, frente al coste cero de un código de barras.

Reflexiona

Una de las cuestiones que más controversia están causando en relación con estas etiquetas, es que en muchos casos no se pueden retirar, de manera que la información permanece con el producto. De esta forma, al entrar en un centro comercial, un lector de radiofrecuencia podría estudiar las prendas que llevamos y, en función de las marcas y el precio, podrían lanzar la publicidad adecuada. Muchos sectores de opinión consideran esto una intromisión en la intimidad. ¿Qué opinas?