Dentro de un disco duro magnético hay uno o varios discos de aluminio, acero inoxidable o vitrocerámico, también denominados platos (normalmente 2 pero pueden llegar a 7), recubiertos de un material ferromagnético y que giran todos a la vez.
Existe un dispositivo que efectúa la lectura y escritura del los datos, llamado cabezal. Formado por una serie de brazos alineados verticalmente sobre las diferentes caras de los platos, que se mueven por la superficie de estos, llegando al lugar o dirección donde está la información. La punta de estos brazos se encuentra la cabeza de lectura/escritura.
Los platos giran accionados por un pequeño motor, a una velocidad que depende del disco, comúnmente oscila entre 5400 y 15000 revoluciones por minuto. Esta velocidad de giro determina el tiempo de acceso a los datos. A mayor velocidad más datos se pueden leer o escribir.
Los discos duros SSD o discos de estado sólido, utiliza para el almacenamiento de los datos una memoria no volátil de tipo flash, por lo que no requiere de partes móviles para la lectura o escritura de datos en el mismo, aumentando notablemente sus tasas de transferencia y reduciendo el consumo de energía.
Es un elemento transductor que convierte los impulsos eléctricos a campos magnéticos y viceversa para realizar las operaciones de lectura/escritura en los discos duros.