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1.6.- Seguridad en el manejo de combustibles.

Riesgo de combustión

El manejo de productos petrolíferos implica riesgos de incendio y de agresión al medio ambiente. Diseño y mantenimiento adecuados de las instalaciones, medios de protección suficientes y, sobre todo, entrenamiento y concienciación permanentes del personal, con ayuda de normas de seguridad explícitas y aplicadas con rigor, reducen la frecuencia de los accidentes a niveles que las estadísticas de seguridad del sector, que nunca son lo bastante bajas, indican un grado de protección aceptable.

El conocido Triángulo del Fuego visualiza las tres condiciones necesarias para que se produzca un fuego. Combustible, Oxígeno (aire) y Calor. Si se rompe el triángulo, se evita o se apaga el incendio. Hace falta calor suficiente para iniciar y propagarse un fuego; de ahí el uso de agua, generalmente pulverizada, para retirar el calor que necesita el paso del agua líquida a la fase vapor. La espuma contra incendios o el CO2, aplicados a la superficie del líquido, ahogan el fuego por el lado del oxígeno. Finalmente, aunque hay que hacerlo en primer lugar, cortando el tercer lado que aporta el combustible a la ecuación.

Las propiedades de los combustibles a tener en cuenta en la prevención de riesgos de ignición se refieren a:

  • Limite de inflamabilidad.

    Generalmente lo que arden son los vapores que emiten los líquidos inflamables y su concentración en el aire ha de estar entre un mínimo (mezcla pobre) y un máximo (mezcla rica). De los hidrocarburos, es el metano el que tiene límites más anchos y se van estrechando según aumenta su peso molecular (y la densidad). Los límites de inflamabilidad aumentan bajo presión o en presencia de oxígeno puro.

  • Temperatura de inflamación.

    La temperatura de inflamación es aquella a la que al calentar el líquido emite vapores que se inflaman al acercarles una llama. Varía entre muchos grados bajo cero para el gas natural y las gasolinas, alrededor de 40 ºC los querosenos, 65 ºC los gasóleos y más de 80 ºC los fuelóleos. Por debajo de su punto de inflamación el manejo es bastante seguro. Sin embargo, las nieblas de gotas finas de hidrocarburo en aire se comportan como gases y aumenta su facilidad de inflamación, al extremo que el polvo de carbón en aire es explosivo.

  • Temperatura de auto ignición.

    Los hidrocarburos que se han calentado a la temperatura de auto ignición lo hacen así, espontáneamente, en presencia de aire sin necesidad de fuente de ignición. El metano necesita al menos 500 ºC y la temperatura desciende hasta los 200 ºC para los gasóleos y fuelóleos.

  • Energía mínima necesaria.

    Las situaciones más peligrosas ocurren en los trabajos en recipientes vacíos que hayan contenido combustible, porque es fácil que un resto líquido en paredes o fondo produzca localmente atmósfera explosiva. Antes de autorizar el acceso a un recipiente industrial hay que desgasificarlo totalmente. Antes de comenzar a trabajar y durante el transcurso del trabajo en los recipientes hay que realizar medidas de oxígeno en el aire y de explosividad (con explosímetro portátil).

Riesgo medioambiental

Los riesgos mediambientales son la posible contaminación del suelo, del aire y del agua.

La filtración de líquidos causada por derrames y fugas puede contaminar los acuíferos y su remediación es lenta y costosa, sin soluciones genéricas aplicables a todos los casos. La prevención más inmediata parte de la impermeabilización de las bases de los tanques con medios adecuados y el mantenimiento de redes de drenaje de aguas residuales y pluviales separadas. Los oleoductos enterrados deben estar debidamente señalados y protegidos contra la corrosión del suelo y su condición monitorizada para detectar fugas o roturas.

Los vapores de gasolina de cualquier origen contribuyen a la contaminación del aire. El uso de tanques de techo flotante es práctica generalizada en el almacenaje. La nuevas Directivas sobre Estaciones de Servicio para la carga de vehículos exigen que los vapores de gasolina que se desprenden vuelvan al depósito de la gasolinera. La responsabilidad compartida con los fabricantes de automóviles ha llevado al uso de catalizadores en los tubos de escape. El smog y las nieblas de partículas sólidas proceden del uso de los combustibles y no de su almacenaje y manipulación.

Otro foco de contaminación muy importante en los últimos tiempos han sido los accidentes marítimos. Las soluciones para combatir esa contaminación no son sencillas y a veces las técnicas utilizadas no son las más idóneas. Las barreras de contención son efectivas únicamente en aguas tranquilas; el uso de detergentes y dispersantes facilita la degradación bacteriana pero es ampliamente contestada en algunos países por grupos de presión.