El control de las instalaciones es fundamental para conseguir una mayor eficiencia energética. Toda instalación de calefacción ha de incluir un sistema de regulación automática de temperaturao caudal que, de una forma más o menos eficaz, sirva para evitar el derroche de energía que tiene lugar cuando no hay control sobre la temperatura y la pérdida de carga y, en consecuencia, la emisión de calor no se ajusta con las necesidades reales de energía calorífica. En una instalación individual es obligatorio disponer de un termostato en un lugar representativo de la vivienda que controle el encendido de la caldera. Es el sistema más simple de control. Si añadimos, por ejemplo, una regulación proporcional del caudal de agua para garantizar una determinada temperatura o una determiunada cantidad de calor, estamos ante un sistema regulado, como el que vemos en el siguiente circuito.
Sin embargo, en un bloque de viviendas, o en un edificio industrial o de oficinas, el control es más complejo, y debe hacerse mediante una centralita. Las pérdidas de calor de un edificio están generadas tanto por las pérdidas de transmisión como las pérdidas de ventilación, que es lo mismo que decir que dependen:
- De la construcción del edificio
- Del volumen de aire de infiltración
- La temperatura exterior
- De la temperatura ambiente deseada, que según reglamento estará comprendida entre 20 ºC – 23 ºC
Si el proceso de cálculo ha sido correcto se obtendrá una temperatura ambiente de 20 ºC, en las condiciones de proyecto, es decir para una temperatura mínima definida por el percentil, tal como vimos en el cálculo de cargas térmicas. En ese momento la instalación estará funcionando impulsando el agua a la temperatura máxima prevista en el proyecto y con el salto térmico previsto. Pero esas condiciones de proyecto no se cumplen la mayor parte del tiempo, ya que normalmente la temperatura exterior es más elevada que la más desfavorable.
Las centralitas de regulación son capaces de captar las variaciones de la temperatura exterior y regular la temperatura de impulsión de agua en función de ella. Los elementos fundamentales que componen un sistema regulado por una centralita de regulación son:
- Centralita de regulación.
- Sonda de ida (temperatura de impulsión).
- Sonda exterior (temperatura ambiente exterior).
- Válvula mezcladora.
- Termostato ambiente (temperatura interior deseada).
La centralita de regulación recibe continuamente, por medio de la sonda exterior, los datos referidos a la evolución de la temperatura exterior y, por medio de la sonda de ida, los que corresponden a la temperatura del agua de impulsión a los emisores. Cuando empieza a bajar la temperatura exterior pierde más calor el edificio y hace falta que los radiadores emitan más calor y entonces hay que aumentar la temperatura de impulsión (o el caudal, o ambos). Para ello la centralita abre más la vía que comunica con los radiadores y cierra la vía que comunica con el retorno de la caldera. Y cuando empieza a aumentar la temperatura exterior, ocurre al revés.
Si se representa en un eje de coordenadas la temperatura exterior y la temperatura de impulsión hacia los radiadores, la relación entre ambas es una recta inclinada. Se llama pendiente de la recta de regulación a la relación entre incremento de la temperatura de ida y la diferencia entre temperatura ambiente y la temperatura exterior.
La colocación de la sonda también es muy importante, cuando solamente exista una regulación para todo el edificio, ésta debe satisfacer las zonas más frías; por tanto, la sonda debe situarse sobre la fachada más fría del edificio, norte o nordeste, no viéndose afectada por el calor de la chimenea, ventanas o cualquier efecto ajeno a la climatología. Para que la regulación sea más eficaz, se puede fraccionar la instalación en varias zonas y regular cada zona según una regulación independiente, situando en la fachada correspondiente la sonda de temperatura exterior.
En instalaciones colectivas, donde la producción de calor está centralizada, es conveniente, que en cada vivienda exista la posibilidad de regular la calefacción, es decir, que en cada vivienda se pueda decidir si se quiere o no se quiere calefacción y a que temperatura se desea tener la vivienda, independientemente de que la producción de calor esté centralizada. Para ello se utilizan las válvulas de zona de dos y tres vías que, accionadas mediante un termostato ambiente colocado en la vivienda, permite tener o no tener calefacción y pagar dependiendo del uso que se de a la misma al colocar un contador de calorías o un contador horario.
En los últimos años, además, se están imponiendo los sistemas SCADA de monitorización y control de instalaciones térmicas. Un paso más allá es el que se está produciendo en la actualidad hacia los sistemas 5G que permiten la interconectividad de máquinas y sistemas: Internet de las cosas.
El internet de las cosas es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet