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3.8.- Sistemas de control

El control de las instalaciones es fundamental para conseguir una mayor eficiencia energética. Toda instalación de calefacción ha de incluir un sistema de regulación automática de temperaturao caudal que, de una forma más o menos eficaz, sirva para evitar el derroche de energía que tiene lugar cuando no hay control sobre la temperatura y la pérdida de carga y, en consecuencia, la emisión de calor no se ajusta con las necesidades reales de energía calorífica. En una instalación individual es obligatorio disponer de un termostato en un lugar representativo de la vivienda que controle el encendido de la caldera. Es el sistema más simple de control. Si añadimos, por ejemplo, una regulación proporcional del caudal de agua para garantizar una determinada temperatura o una determiunada cantidad de calor, estamos ante un sistema regulado, como el que vemos en el siguiente circuito.

Sistema básico de control



Sin embargo, en un bloque de viviendas, o en un edificio industrial o de oficinas, el control es más complejo, y debe hacerse mediante una centralita. Las pérdidas de calor de un edificio están generadas tanto por las pérdidas de transmisión como las pérdidas de ventilación, que es lo mismo que decir que dependen:

  • De la construcción del edificio
  • Del volumen de aire de infiltración
  • La temperatura exterior
  • De la temperatura ambiente deseada, que según reglamento estará comprendida entre 20 ºC – 23 ºC

Si el proceso de cálculo ha sido correcto se obtendrá una temperatura ambiente de 20 ºC, en las condiciones de proyecto, es decir para una temperatura mínima definida por el percentil, tal como vimos en el cálculo de cargas térmicas. En ese momento la instalación estará funcionando impulsando el agua a la temperatura máxima prevista en el proyecto y con el salto térmico previsto. Pero esas condiciones de proyecto no se cumplen la mayor parte del tiempo, ya que normalmente la temperatura exterior es más elevada que la más desfavorable.

Las centralitas de regulación son capaces de captar las variaciones de la temperatura exterior y regular la temperatura de impulsión de agua en función de ella. Los elementos fundamentales  que componen un sistema regulado por una centralita de regulación son:

  1. Centralita de regulación.
  2. Sonda de ida (temperatura de impulsión).
  3. Sonda exterior (temperatura ambiente exterior).
  4. Válvula mezcladora.
  5. Termostato ambiente (temperatura interior deseada).

La centralita de regulación recibe continuamente, por medio de la sonda exterior, los datos referidos a la evolución de la temperatura exterior y, por medio de la sonda de ida, los que corresponden a la temperatura del agua de impulsión a los emisores. Cuando empieza a bajar la temperatura exterior pierde más calor el edificio y hace falta que los radiadores emitan más calor y entonces hay que aumentar la temperatura de impulsión (o el caudal, o ambos). Para ello la centralita abre más la vía que comunica con los radiadores y cierra la vía que comunica con el retorno de la caldera. Y cuando empieza a aumentar la temperatura exterior, ocurre al revés.

Si se representa en un eje de coordenadas la temperatura exterior y la temperatura de impulsión hacia los radiadores, la relación entre ambas es una recta inclinada. Se llama pendiente de la recta de regulación a la relación entre incremento de la temperatura de ida y la diferencia entre temperatura ambiente y la temperatura exterior.

Recta de regulación
Recta de regulación



La colocación de la sonda también es muy importante, cuando solamente exista una regulación para todo el edificio, ésta debe satisfacer las zonas más frías; por tanto, la sonda debe situarse sobre la fachada más fría del edificio, norte o nordeste, no viéndose afectada por el calor de la chimenea, ventanas o cualquier efecto ajeno a la climatología. Para que la regulación sea más eficaz, se puede fraccionar la instalación en varias zonas y regular cada zona según una regulación independiente, situando en la fachada correspondiente la sonda de temperatura exterior.

En instalaciones colectivas, donde la producción de calor está centralizada, es conveniente, que en cada vivienda exista la posibilidad de regular la calefacción, es decir, que en cada vivienda se pueda decidir si se quiere o no se quiere calefacción y a que temperatura se desea tener la vivienda, independientemente de que la producción de calor esté centralizada. Para ello se utilizan las válvulas de zona de dos y tres vías que, accionadas mediante un termostato ambiente colocado en la vivienda, permite tener o no tener calefacción y pagar dependiendo del uso que se de a la misma al colocar un contador de calorías o un contador horario.

En los últimos años, además, se están imponiendo los sistemas SCADA de monitorización y control de instalaciones térmicas. Un paso más allá es el que se está produciendo en la actualidad hacia los sistemas 5G que permiten la interconectividad de máquinas y sistemas: Internet de las cosas.

El internet de las cosas es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet

Debes conocer

Para saber más

Si quieres saber más sobre el Internet de las cosas, puedes burcar información en cualquier buscador. la página siguiente te puede aportare una primera visión general:

Internet de la cosas
Wilgengebroed on Flickr. Internet de las cosas (CC BY-SA)

Recomendación

El nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE), de previsible aprobación en 2020, establece un conjunto de requisitos de automatización de instalaciones que puedes ver en el siguiente borrador de texto y de próxima vigencia.

Sistemas de automatización y control de instalaciones según el RITE

1. Cuando sea técnica y económicamente viable, los edificios no residenciales con una potencia nominal útil para instalaciones de calefacción o para instalaciones combinadas de calefacción y ventilación de más de 290 kW deberán estar quipados, a más tardar en 2025, con sistemas de automatización y control de edificios. Dichos sistemas de automatización y control de edificios deberán ser capaces de:

a) monitorizar, registrar, analizar y permitir la adaptación del consumo de energía de forma continua;

b) efectuar una evaluación comparativa de la eficiencia energética del edificio, detectar las pérdidas de eficiencia de sus instalaciones técnicas e informar sobre las posibilidades de mejora de la eficiencia energética a la persona responsable de la instalación o de la gestión técnica del edificio, y

c) permitir la comunicación con instalaciones técnicas conectadas y otros aparatos que estén dentro del edificio, así como garantizar la interoperabilidad con instalaciones técnicas del edificio de distintos tipos de tecnologías patentadas, dispositivos y fabricantes Será considerado, a efectos de esta exigencia, la automatización y el control que tienen un impacto en la eficiencia energética del edificio, como los recogidos en la norma EN 15232 “Eficiencia energética de los edificios. Impacto de la automatización, el control y la gestión de los edificios”.

2. Los edificios residenciales podrán estar equipados con lo siguiente:

a) la funcionalidad de monitorización electrónica continua que mida la eficiencia de las instalaciones e informe a los propietarios o a los administradores del inmueble cuando esta disminuya significativamente y cuando sea necesario reparar la instalación, y

b) funcionalidades eficaces de control para optimizar la producción, la distribución, el almacenamiento y el consumo de energía.

3. Los sistemas de automatización y control que se instalen en los casos contemplados en los apartados 1 y 2, se adaptarán al tamaño o capacidad de la instalación, habida cuenta de las necesidades y de las características del edificio en las condiciones de uso previstas, determinando las capacidades de control óptimas en función del tipo de edificio, del uso previsto y de los posibles ahorros energéticos. Una vez instalado el sistema de automatización y control, será necesario realizar acciones de comprobación de que el sistema funciona con arreglo a sus especificaciones y acciones de ajuste, en su caso, en la instalación en condiciones de uso real.