1.2.- Tipología.

Ya conoces el concepto del producto, pero como podrás suponer hay muchos tipos de productos.
Hacer una clasificación de productos no es fácil, pero claro dependerá de qué aspecto o atributo sea en el que nos centremos para hacerla.
Si tenemos en cuenta que los productos satisfacen necesidades, y que estas necesidades son propias y particulares de cada individuo, será realmente difícil.
Si nos centramos en los atributos, podríamos decir más tangibles, sí que podemos realizar clasificaciones de una forma más fácil.
Por ejemplo, si atendemos a la tangibilidad, podemos diferenciar entre productos (que son tangibles o materiales) y los servicios (que son intangibles o inmateriales).
Hay autores que piensan que diferenciar esto es un tanto anticuado ya que la mayoría de productos están unidos a un servicio (por ejemplo garantía, servicio postventa, etc.) y la mayoría de servicios se tangibiliza mediante un producto (por ejemplo un servicio bancario se hace tangible a través de una cartilla de ahorros o una tarjeta de crédito).
Los productos (tangibles) se pueden dividir en productos de uso y de consumo:
- Los productos de uso son los que su utilización, uso o consumo no implica su desaparición física y puedes usarlos una y otra vez (por ejemplo un coche, un ordenador, una prenda de vestir o un libro).
- Los productos de consumo, son los que para proporcionar la satisfacción de la necesidad para la que han sido adquiridos han de desaparecer (por ejemplo un refresco no satisface la necesidad de calmar la sed hasta que no te lo has bebido, e implica que una vez bebido, desaparece).
También podemos clasificarlos según el hábito del consumidor:
- En bienes de conveniencia, que son aquellos que no requieren mucho esfuerzo, y el consumidor no está dispuesto a invertir mucho tiempo en su compra. Dentro de ellos encontramos:
- Los bienes corrientes, no necesitan de mucha decisión de compra, y ésta se hace de una forma automática y repetitiva como el pan, un desodorante, etc.
- Los bienes de compra por impulso, si el consumidor no tenía prevista su compra, por ejemplo unas golosinas.
- Los bienes de compra por emergencia, que son los que se compran rápidamente cuando surge una necesidad imprevista, por ejemplo un paraguas.
- Además de los bienes de conveniencia, están los bienes de comparación, en los que el consumidor destina mucho tiempo en la compra y compara marcas, atributos, etc. (por ejemplo un coche).
- Los bienes de preferencia, que son los que el consumidor difícilmente cambia de producto o marca (por ejemplo un perfume, o cuando una persona es fiel a un determinado detergente).
- Y por último los bienes no buscados, que son aquellos que el consumidor no conoce todavía por ser nuevos en el mercado.
Para saber más
Hay muchas formas de clasificar productos, en este enlace puedes encontrar una clasificación interesante: