Las válvulas de expulsión y/o admisión de aire (ventosas) deben cumplir con los requisitos de funcionamiento que figuran en la norma UNE-EN 1074-4:2000. Están constituidas, básicamente, por un cuerpo, flotadores esféricos o cilíndricos y, algunas veces, por un juego de palancas, sobre las que actúa el flotador, las cuales accionan las válvulas de cierre de los orificios de entrada y salida del aire. Hay que prestar especial atención al dimensionamiento de estas válvulas de admisión en el caso de tuberías flexibles.
Las ventosas de admisión de aire tienen finalidades y características completamente diferentes a las de expulsión de aire. Las primeras tratan de evitar el aplastamiento de la tubería por la presión atmosférica exterior cuando la tubería se vacía. Las segundas (también conocidas como purgadores) tratan de eliminar lentamente el aire evitando el golpe de ariete que se produce por parada brusca de la columna líquida al eliminar totalmente el aire. Es a estas últimas a las que vamos a prestar atención en las operaciones de puesta en servicio.
Deben disponerse ventosas en los puntos altos relativos de la tubería, junto a válvulas importantes y en tramos largos de poca pendiente con una separación máxima de unos 500 metros en las impulsiones y de unos 1.500 metros en las condiciones por gravedad.
La conexión de la ventosa a la tubería se realiza, en general, mediante bridas. Se recomienda instalar junto a las ventosas una pequeña válvula de compuerta, de bola o de asiento, que permita desmontar la ventosa para su reparación o sustitución, cuando la propia ventosa, en su interior, no disponga de una válvula de obturación a tal fin.
El dimensionamiento de las ventosas normalmente se realiza en función de las características de la conducción proyectada, condiciones de la red y modelo de ventosa elegido, para ello se consideran las siguientes premisas:
- Admisión de aire: para su dimensionamiento se considerará como caudal de diseño la mitad del correspondiente a un vaciado por rotura franca.
- Expulsión de aire en llenado de conducciones: el caudal a evacuar se calculará de acuerdo a la máxima velocidad de llenado, en función de los diámetros y presiones dispuestos para el mismo.
- Orificio de purga: se dimensionará de acuerdo a la presión de trabajo de la red.
Se ubican en una arqueta de registro de dimensiones variables en función del tipo empleado. La tapa de la misma suele disponer de orificios para la entrada o salida de aire.
Durante la prueba de presión de la instalación, deberemos proceder al purgado de todo el aire contenido en las tuberías. El vaciado completo de aire es prácticamente imposible, por eso, nuestro objetivo debe ser reducir al máximo el remanente de aire en las conducciones. Para ello debemos tener la completa seguridad del correcto funcionamiento de todos los purgadores. Un purgador en mal estado o ubicado en un lugar incorrecto puede generar problemas a la hora de realizar la prueba de presión de la instalación. Para evitarlos, en caso de que consideremos posible la existencia de aire en las tuberías, podemos hacer una prueba de purgado.
Debemos sospechar que el tramo o los tramos sometidos a presión contienen aire cuando el ensayo arroja datos contradictorios o erróneos (podrían indicar fuga aparente o podrían, en algunos casos, ocultar pequeñas fugas). La presencia de aire reducirá la precisión de la prueba de pérdida de presión y la prueba de estanqueidad.
Si viéramos oscilaciones bruscas o sin sentido en el manómetro, deberíamos pensar en un problema de existencia de aire en el tramo, y deberemos tomar medidas.
Deberemos extraer un volumen determinado de agua y medir su caída de presión, para luego, comparar ese volumen de agua extraído con el volumen de la pérdida de agua admisible ΔVmáx correspondiente a la caída de presión medida Δp. El proyectista deberá especificar si la prueba de purga debe llevarse a cabo (la norma UNE-EN 805, en su Anexo 26, detalla un procedimiento de cálculo para estimar estos parámetros).
En cuanto al proceso de llenado de la instalación, la Norma UNE-EN 805 establece que:
- Las conducciones deben llenarse de agua lentamente, con cuidado para que los dispositivos de purga de aire se mantengan abiertos y los tramos de la conducción suficientemente purgadas; y si es posible a partir del punto más bajo de la conducción, con objeto de evitar los retornos de agua.
- Las pruebas de presión deben efectuarse con todos los dispositivos de purga cerrados y las válvulas intermedias de línea abiertas.
- Las conducciones deben despresurizarse lentamente, estando todos los dispositivos de purga de aire abiertos al vaciar las tuberías.