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1.- Objetivos de la comunicación.

Caso práctico: la Torre de Babel

Puedes transmitir un mensaje a otras personas de muchas maneras. Si estás parado en un semáforo pensando absorto en cómo vas a abordar una avería en una bomba principal de una planta potabilizadora, y no te has enterado que lleva en verde un cierto tiempo, posiblemente el conductor del vehículo que tienes detrás te envíe un mensaje en forma de pitido. Esto es comunicación.

Pero hay otras muchas maneras de decirle algo a alguien. Puedes enviar un informe a tu jefe sobre la organización del trabajo por turnos en el mantenimiento de redes de agua o puedes llamarle por teléfono para explicarle la magnitud de la avería en una planta potabilizadora. Todas ellas son válidas y útiles en diferentes contextos.

En todos los anteriores casos, tenemos tres cosas claras: necesitamos una información que comunicar, un lenguaje en el que hacerlo y una o más personas a las que enviárselo. Observa que si no compartimos un mismo lenguaje la comunicación resulta imposible. La leyenda de la Torre de Babel es buen ejemplo.

Torre de Babel
Pieter Bruegel the Elder (1563). The Tower of Babel (CC BY)

Estas ideas básicas son las que desarrollaremos en esta unidad. Pero no te creas que la cosa es fácil. Hay diferentes teorías de la comunicación y existen controversias básicas como la que relacionada con los orígenes del lenguaje y su papel en el proceso de hacernos humanos, es decir, seres inteligentes: ¿el lenguaje nos ha llevado a ser inteligentes o nuestra inteligencia es la que nos ha permitido desarrollar los múltiples lenguajes que usamos? ¿o una mezcla de ambas cosas?.

Quizá alguna vez te hayas parado a pensar que cada ser vivo que habita nuestro planeta tiene unas características propias. Las bacterias, por ejemplo, tienen una enorme capacidad de adaptación para sobrevivir en los ambientes más hostiles posibles, las aves migran en grupos de vuelo bien disciplinados que nunca colisionan, muchos insectos poseen una capacidad de organización social envidiable. Pero, por encima de todos, está el ser humano, capaz de modificar su entorno con realizaciones propias que buscan hacer su vida segura y satisfactoria. Ningún otro ser vivo ha alcanzado el grado de complejidad de sus sistemas vitales (nervioso, motor, endocrino,…) que le haya permitido lograr tales metas.

El origen del lenguaje y su influencia en el proceso evolutivo en la especie humana han sido objeto de especulación durante varios siglos. El tema es difícil de estudiar debido a la falta de evidencias directas. En consecuencia, debemos extraer inferencias de otros tipos de evidencias, como el registro fósil, la arqueología, el análisis de la diversidad de lenguajes contemporáneos, los estudios de adquisición del lenguaje y las comparaciones entre el lenguaje humano y los sistemas de comunicación existentes entre los animales (particularmente otros primates). Muchos argumentan que los orígenes del lenguaje probablemente se relacionan estrechamente con los orígenes del comportamiento humano moderno, pero hay poco acuerdo sobre las implicaciones y la dirección tomada por esta conexión.

En 1866, la Sociedad Lingüística de París prohibió cualquier debate existente o futuro sobre el tema, y hoy apenas hay más acuerdo que hace ciento cincuenta años, cuando la teoría de la evolución de Charles Darwin, basada en la selección natural, provocó una ola de especulaciones sobre el tema. Sin embargo, desde principios de la década de 1990, varios lingüistas, arqueólogos, psicólogos, antropólogos y otros, han intentado abordar con nuevos métodos lo que algunos consideran uno de los problemas más difíciles de la ciencia.

Reflexiona

¿Podría el hombre haber llegado al desarrollo tecnológico y social actual siendo un ser vivo sin una capacidad de comunicación fluida con sus semejantes?

¿Es el lenguaje algo propio y exclusivo de la especie humana? ¿Qué tipo de lenguaje podemos considerar que sólo lo utiliza el ser humano?

La comunicación es la base para nuestras relaciones sociales, la base del almacenamiento de experiencias propias y de los demás. Pero hay algo más complejo, nuestra inteligencia se desarrolla paralelamente a la capacidad de comunicarnos. Si no nos comunicamos no desarrollamos el potencial de nuestra inteligencia.

Definamos Comunicación. Su definición actual más general dice que la comunicación es la transmisión de una información entre dos entidades. Pensemos, por ejemplo, en un ordenador mandando un archivo a la impresora o en un apretón de manos entre dos personas que han cerrado un trato (aunque los saludos están cambiando en la época post-pandemia). Ambos casos se ciñen a esta definición pero sus connotaciones son muy diferentes.

Una visión más enriquecida estima que la comunicación se define como el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información, mediante habla, escritura u otro tipo de señales. Lógicamente, esta segunda definición es mucho más acertada para definir la comunicación entre personas. En la empresa nos comunicamos con personas y el componente afectivo, es decir, todo aquello que acompaña a la simple información (gestos, tono, imagen…), tiene tanta importancia como la propia información que transmitimos.

El objetivo de la comunicación no es emitir un mensaje en condiciones perfectas y ya está, no, lo fundamental es percibir que este mensaje ha llegado a su destino y que ha sido interpretado como quiere el que lo envió.

El objetivo de la comunicación es emitir un mensaje para que sea comprendido y recordado, es decir, que tenga una repercusión en quien lo recibe.

Pero el ser humano es incapaz de recordar todos los mensajes que recibe, por ejemplo, a lo largo del día. Sólo recuerda algunos de ellos que le impactaron más que el resto. Y la retentiva es función de parámetros bastante caprichosos o variables de unos individuos a otros. Influye el orden de llegada de los mensajes, su relación con pensamientos previos, su novedad o incluso la relación con su propio "ego". También la repetitividad del mensaje es decisiva y esta característica es un arma clásica del lenguaje publicitario y comercial.

La comunicación es la acción consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones distintas