Saltar la navegación

4.1.- Conductas de emisor y receptor.

COMPORTAMIENTOS DEL EMISOR

El emisor del mensaje es la persona que aporta la información al receptor o los receptores. Suyo es el interés de que su comunicación llegue correctamente y sea interpretada como la pensó. Sin embargo, el emisor es un ser humano y como tal, sus condicionantes físicos, emocionales, sociales, culturales, etc. influyen en la imagen que proyecta sobre el receptor. Estos condicionantes son rápidamente cambiantes y a veces, en parecidas condiciones, se puede proyectar una imagen muy distinta.

Los comportamientos más señalados del emisor:

  • Apatía: se define como el trastorno de la afectividad que se caracteriza por la impasibilidad de ánimo, estado de indiferencia frente a las personas, el medio o los acontecimientos, que trae consigo una alteración en la capacidad de expresión afectiva por parte del individuo frente a toda una serie de estímulos externos e internos. Cuando estamos apáticos nada nos importa o interesa ni dentro ni fuera de nosotros. Las fuertes preocupaciones propias suelen ser causa de la apatía, amén de causas físicas o enfermedades.
  • Antipatía: es el sentimiento de aversión que, en mayor o menor grado, se experimenta hacia alguna persona, animal o cosa. Si estamos antipáticos con alguien consideramos todo lo que nos evoca como negativo y perjudicial para nosotros. Identificamos su comportamiento como un ataque. Por esto, nuestro trato es desconfiado, rudo y hasta grosero.
  • Simpatía: es la inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua. También se define como el modo de ser y carácter de una persona que la hacen atractiva o agradable a las demás. Efectivamente, cuando estamos simpáticos se establece con el otro una corriente de mutua consideración, somos amables, alegres, posiblemente sinceros y esperamos del receptor el mismo trato.
  • Empatía: es la capacidad del emisor de personalizar la manera en que siente el receptor, y compartir sus sentimientos. Se trata de ponerse en el lugar del otro, entendiendo sus sentimientos: penas, alegrías, miedos, motivaciones, actitudes, etc. Para lograrlo, debe haber una retroalimentación correcta que lleve al conocimiento de la personalidad del receptor.
Comunicación entre director de obra y encargado
Lew Holzman. Comunicación entre director de obra y encargado (CC BY-NC-ND)

COMPORTAMIENTOS DEL RECEPTOR

El receptor no es un ente pasivo que no expresa sus sentimientos ante nuestra comunicación. La información que le transmitamos puede provocar en él diversas reacciones que conviene identificar, diferenciar y analizar para lograr que nuestra conversación llegue a ser productiva. Están tipificadas las conductas del receptor:

  • Conducta agresiva: el receptor considera (con razón o no) que el contenido de nuestra comunicación le es desagradable o injustificado. Su reacción es agresiva o violenta con el interlocutor y la respuesta es defensiva y ansiosa. Ante esta situación, el emisor debe analizar por qué el receptor se comporta así. Podría ser que el propio emisor hubiese cometido alguna falta de cortesía o tacto en cuyo caso se debería reconducir la situación. Pero también hay una "táctica" de algunos interlocutores consistente en exagerar su agresividad para intentar que el emisor suavice sus planteamientos porque le desagrade una situación de tensión. En estos casos, lo mejor es ser concluyente en los contenidos, amable en las formas pero sin ceder un ápice.
  • Conducta pasiva: El receptor considera la situación desagradable o injustificada. En vez de reaccionar como antes, se aguanta y acepta la situación aunque no le guste, asintiendo o disculpándose. En este caso, si el receptor piensa que el emisor tiene alguna razón aunque lejana, acepta la crítica. El emisor puede entonces aplicar un modelo de crítica constructiva y dialogada que lleve al receptor a sentirse mejor. Por el contrario, si el emisor trata de hacer "leña del árbol caído" se puede encontrar que la reacción pasiva se torne en agresiva.
  • Conducta pasivo-agresiva. El receptor vuelve a considerar desagradable o injustificada la situación. En esta ocasión se aguanta y acepta el planteamiento pero intentando molestar lo más posible a la persona o personas ante las que ha tenido que claudicar. Actúa agresivamente pero de un modo encubierto. Suele ser la conducta más problemática para lograr los fines del emisor.
  • Conducta asertiva. El receptor que considera la situación desagradable o injustificada argumenta libremente aquello que no le gusta. Defiende su posición con firmeza, pero sin agresividad, y propone alternativas que puedan llegar a satisfacer a todos. Es la conducta más constructiva y al ser detectada por el emisor debe ser aprovechada para lograr un entendimiento rápido y eficaz.

Reflexiona un momento la necesidad que tiene una sociedad de que sus integrantes adopten actitudes asertivas. El acuerdo y la negociación son capaces de acercar posturas muy distantes siempre que exista respeto hacia los pensamientos del otro. Con una persona que sostuvo un discurso contrario a mis intereses y a quien acabé convenciendo, aunque fuera parcialmente de mis ideas, se puede haber creado un vínculo afectivo positivo. Por el contrario, si la disputa terminó de forma agresiva, a buen seguro que se habrá generado uno absolutamente negativo.

La asertividad es una habilidad social que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás. La asertividad se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la pasividad, que consiste en permitir que terceros decidan por nosotros, o que pasen por alto nuestros derechos; y por otro lado tenemos la agresividad, que se presenta cuando no somos capaces de ser objetivos y respetar las ideas de los demás

Con frecuencia, una relación interpersonal en el trabajo o en la vida privada puede generar conflictos. Pero los conflictos son inevitables, desacuerdos o controversias no pueden evitarse. El mayor problema es cuando la comunicación entre las personas se rompe y se llega a altos niveles de antipatía que crean agresividad, pudiendo transformarse la agresividad verbal en agresividad física. El control de las situaciones antes de que deriven en un conflicto explícito es básico.

Agresividad verbal
Agresividad verbal

El encargado del mantenimiento de las redes de abastecimiento de una capital recibía quejas esporádicas, por parte de ciudadanos, contra los operarios. Los trabajadores de la mancomunidad de aguas, haciendo su trabajo, cortaban el suministro de agua y debían hacer frente a ciudadanos indignados que se dirigían muy irrespetuosamente hacia ellos. Su reacción, en ocasiones, era contestarles de la misma manera. Al final, acabó reuniéndoles a todos y diciéndoles que, antes de contestar las provocaciones e insultos de algunos ciudadanos, se dieran la vuelta y se fueran.

Autoevaluación

Pregunta

Acerca de los comportamientos del emisor y el receptor, podemos afirmar que:

Respuestas

La apatía es una conducta clásica en el receptor.

Superar el comportamiento pasivo-agresivo necesita de gran paciencia y firmeza.

La conducta asertiva consiste en ponerse en el lugar del otro.

La conducta pasiva del emisor puede tornarse en conducta agresiva.

Retroalimentación