Todos hacemos uso de la comunicación no verbal. Seguro que en alguna ocasión has guiñado un ojo, has torcido el gesto, has sonreído o has usado un tono cariñoso para hablar con alguien que te gusta. Sin embargo, ¿eres consciente de cuáles son los elementos que usamos en la comunicación no verbal?
Pasamos a describirlos:
- El paralenguaje. Es el conjunto de cualidades de la voz que utilizamos consciente o inconscientemente para apoyar o contradecir los signos verbales. Por ejemplo, la vocalización, el uso de ciertos sonidos no lingüísticos (como la risa, el bostezo, el llanto o el gruñido), distorsiones e imperfecciones del habla, pausas repentinas, repeticiones, silencios momentáneos. Con el paralenguaje puede intuirse el estado de ánimo y la actitud del interlocutor y también, se le puede confundir a posta o no. Cambiar el tono y modulación de la voz, alternar diversos ritmos, suelen identificarse con las personas dinámicas y extrovertidas. Las personas que se expresan de forma lenta y monótona proyectan una imagen de aburridas y frías. Un volumen excesivo puede irritar al oyente, al igual que uno excesivamente bajo de forma reiterada por la dificultad para oírlo. El paralenguaje está sujeto a diferencias culturales. Un ejemplo sería una petición de matrimonio: en España, por ejemplo, si una persona le pregunta a otra si quiere casarse con él/ella y la segunda persona se queda en silencio, esa situación suele interpretarse como si le hubiera dicho “no”. Sin embargo, por el contrario, en países como Japón, si la segunda persona realiza un silencio después de que otra le haya formulado la misma pregunta, quiere decir que sí quiere contraer matrimonio.
- La kinesia (lenguaje corporal). La kinesia estudia los movimientos corporales. No existe una relación perfecta entre movimientos corporales aislados y la expresión de sentimientos, pero sí tienen significado cuando se observan en conjunto. Se han realizado estudios y trabajos estadísticos con grupos de personas de países con cultura similar a la nuestra que han relacionado actitudes y movimientos corporales:
- La postura de la cabeza: hacia arriba indicaría actitud neutra en la escucha, inclinada hacia un lado sería síntoma de interés pero inclinada hacia delante de desinterés.
- La expresión facial: La frente/cejas, los ojos y la zona de la boca son capaces de transmitir alegría, tristeza, miedo, sorpresa, ira o rechazo. La sonrisa forzada implica engaño.
- La mirada: mirar a los ojos es signo de sinceridad, pero si el tiempo es excesivo puede molestar, una mirada esquiva, o sea, no fijar nunca la vista en nadie es síntoma de inseguridad.
- Los movimientos de las manos: son bastante instintivos, especialmente al dirigirse a grupos. Un dedo apuntando connota agresividad contra los oyentes, por contra, las manos abiertas que enseñan las palmas, se asocian a la honestidad y sinceridad. Si se orientan hacia abajo, dominio y autoridad. Si las manos están ocultas o tapan la boca parece que el emisor oculta algo o engaña.
- Los brazos y piernas cruzados denotan desacuerdo o rechazo a lo que se escucha.
- La proxémica (proximidad física). Se entiende por proxémica el estudio de la percepción que tienen las personas acerca de las distancias que mantenemos con nuestro interlocutor al comunicarnos con él. El territorio es el espacio que una persona considera como propio. Es como una esfera concéntrica a la persona que considera como un espacio privado. No respetarlo provoca cambios gestuales y emocionales que alteran el proceso comunicativo. La zona que alguien puede considerar excesivamente próxima depende de la relación personal entre los interlocutores. Según esto Edward Hall estableció cuatro zonas de interacción personal:
- Zona íntima: de 15 a 45 cm. Sólo se permite el acceso a personas queridas. Si otra intenta entrar es rechazada.
- Zona personal: Entre 46 cm y 120 cm. Separación normal entre personas entre compañeros o en una reunión.
- Zona social: entre 1,20 y 3,6 metros. Distancia que se mantiene con personas que no se conoce bien.
- Zona pública: más de 3,6 metros. Es la distancia típica para dirigirse a un grupo de personas, sobre todo desconocidas.
La cronémica (uso del tiempo en comunicación). Una persona acostumbrada a un rápido ritmo de vida tratará de decir lo máximo en el menor tiempo posible; sin rodeos y hablando deprisa. En cambio, una persona habituada al ritmo tranquilo del empleará más tiempo, dando más detalles y hablando pausadamente.
El paralenguaje es un conjunto de elementos no verbales de la voz, es decir, es la forma en la que se expresan las palabras. Es uno de los elementos inseparables de la comunicación no verbal, junto con la kinésica, la proxémica y la cronémica
La kinésica, cinésica, o lenguaje corporal estudia el significado expresivo, apelativo o comunicativo de los movimientos corporales y de los gestos aprendidos o somatogénicos, no oral, de percepción visual, auditiva o táctil y solos o en relación con la estructura lingüística y paralingüística y con la situación comunicativa.
Proxémica se entiende como el uso que se hace del espacio personal, es decir, el espacio que rodea nuestro cuerpo.
Es la concepción, estructuración y uso del tiempo que hace el ser humano, especialmente durante la comunicación. Su estudio constituye parte importante de la comunicación no verbal y depende principalmente del contexto social del individuo.