La elección del equipo para una operación de excavación específica es muy importante, por eso para su elección se deben tener en cuenta ciertas consideraciones. Las consideraciones incluyen el tipo y cantidad de material a excavar, profundidad y anchura de la excavación, limitaciones dimensionales establecidas en los planos, tamaño del tubo, espacio de operación y colocación de las tierras excavadas.
Si bien las zanjas pueden abrirse manualmente, hoy en día la excavación se realiza con maquinaria, fundamentalmente con palas retroexcavadoras de tipo universal y con zanjadoras, máquinas diseñadas exclusivamente para excavar zanjas.
Estas máquinas proporcionan buenos rendimientos, siempre que se den las condiciones adecuadas. Las zanjadoras, cuyos rendimientos son realmente elevados, presentan el inconveniente de que para su utilización es preciso que el terreno sea adecuado, es decir, cuando es tierra franca o terreno de tránsito y no hay demasiados obstáculos. Las retroexcavadoras, aunque obtienen menores rendimientos que las zanjadoras, se pueden utilizar en terrenos más variados, permitiendo su utilización en la carga, descarga y colocación de los tubos y superando mejor los obstáculos del terreno.
En las ciudades, generalmente no se presentan los problemas anteriores, pero aparece el problema de la gran cantidad de conducciones en el subsuelo correspondientes a distintos servicios. Ello implica excavar manualmente las zonas de cruce con la zanja y utilizar maquinaria en el resto de zonas.
En las superficies más duras como aceras, hormigón o piedra deberemos utilizar martillos neumáticos; manuales o adosados a la retroexcavadora para romperlos, además de camiones volquete para el retiro del material excavado. Otra de las maquinas indispensables es el rulo para compactar. Este proceso es de vital importancia en el llenado de la zanja.