La organización de una obra queda definida por el plan de trabajo, el cual sufre revisiones y modificaciones durante el proceso de ejecución del montaje de la red, al objeto de cumplir los objetivos previamente fijados.
La organización de una obra consiste es un proceso que sirve para:
- Definir.
- Coordinar.
- Determinar.
El orden de las etapas que tienen lugar en el montaje de una red de distribución. De esta manera se consigue:
- Un eficiente uso de los equipos.
- Un ahorro económico en los recursos.
- Eliminar diversificaciones que no son necesarias.
El programa, debidamente controlado, permitirá:
- Conocer que actividad del montaje no se está utilizando en los plazos.
- Poder tomar decisiones cuando la situación lo requiera.
- Mostrar un orden y disciplina de trabajo.
Para organizar el montaje de una red de distribución de abastecimiento de agua o de saneamiento, hay que tener en cuenta los requisitos de montaje, ya que estos pueden estar expresamente indicados en el proyecto, o bien, en el pliego de condiciones, normas u otros documentos.
Todo lo que no esté referenciado ni especificado, estará sometido a las normas de la buena práctica y a los procedimientos de montaje, de supervisión y de control de calidad del propio instalador.
El proceso global de montaje de una red de distribución de abastecimiento de agua y de saneamiento conlleva, de manera general, las siguientes tres etapas:
- Etapa 1: Montaje de todos y cada uno de los elementos que componen la red, así como el conexionado de estos.
- Etapa 2: Pruebas de todos y cada uno de los elementos que componen la instalación.
- Etapa 3: Prueba de la instalación y puesta en marcha definitiva.
Tras la fase de replanteo y marcado de la ubicación de tuberías y elementos como las arquetas, es cuando comienza la etapa 1. Dicha etapa se compone, por lo general, de las siguientes fases, lo cual genera un plan de trabajo:
- Construcción de las zanjas.
- Montaje de elementos.
- Tapado de la zanja.