En general, por su configuración y condiciones de trabajo, en muchos sentidos el mantenimiento correctivo en instalaciones de riego guarda grandes similitudes con el mantenimiento de instalaciones de abastecimiento de agua. Muchos de los planteamientos del 2.1 son de aplicación directa en el contexto de redes de riego. Hay cuestiones, no obstante, que son específicas de este tipo de instalaciones. Antes de abordarlas conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones previas a la reparación de una avería en una instalación de riego:
- Es necesario determinar con precisión la naturaleza del daño, los repuestos y herramientas necesarias.
- Deberemos informar a los usuarios del tramo afectado y suspender el servicio.
- Siempre intentaremos desenterrar un tramo de tubería de una longitud suficiente para no forzarla durante la reparación.
- Hay que tratar de evitar realizar reparaciones parciales o provisionales en la medida de lo posible.
- La reparación debe ser dirigida por una persona autorizada y conocedora del manejo del sistema. Muchas personas opinando, sólo producen confusión y malos resultados.
- Es imprescindible tener plena constancia del éxito de la reparación antes de proceder a tapar las tuberías (prueba hidráulica).
- Reparar y tener las estructuras metálicas pintadas y engrasadas.
Obstrucciones: prevención y tratamiento
Dada la naturaleza y ubicación de las redes de riego las averías por obstrucción merecen una atención especial. Todas las partes de una red de riego son susceptibles de sufrir este tipo de situaciones. El riesgo de padecerlas es mayor cuando el sistema se abastece desde un pozo, depósito o alberca; y aún se ve más acrecentado cuanto más próximos estamos a la zona de emisores. El método de riego también tiene mucho que ver con la mayor o menor exposición a obstrucciones; así, los sistemas con más posibilidades de padecerlas son, en este orden: riego por inundación, riego por aspersión y riego localizado o mediante goteo.
depósitos con aguas estancadas y aguas de superficie que llevan en suspensión partículas minerales o que puedan producir precipitados químicos u orgánicos, predisponen a que se produzca obstrucciones en los puntos de consumo. Estas obturaciones disminuyen y suprimen a veces la aportación de agua a las plantas, principalmente por su facilidad de obstrucción al ser los orificios de los emisores, en su mayoría, de diámetro muy reducido.
También, al evaporarse el agua en los puntos de emisión, después de cada riego, la concentración de las sales disueltas se incrementa quedando pegadas a los orificios de salida de agua y ocasionando su obturación. Estos problemas no sólo causan daño a las plantas por su falta de riego, sino que también aumentan los costes de mantenimiento de la instalación y la mano de obra adicional para su control y tratamiento. Es importante averiguar la causa de las obturaciones ya que de esta forma su prevención y control es más eficiente.
- Obstrucciones físicas: Están originadas por cuerpos/partículas de mayor o menor tamaño que reducen o cubren por completo la sección de una tubería o el orificio de salida de un emisor. Para devolver a una situación operativa normal a una de estas instalaciones deberemos eliminar físicamente los elementos que han generado la obstrucción. Estaremos hablando, por tanto, de extracción y limpieza. No debemos descartar, no obstante, la posibilidad de tener que desmontar y sustituir emisores y/o tramos enteros de tubería que no podamos desatascar. A la hora de minimizar las intervenciones de mantenimiento correctivo por obstrucciones físicas en una red de riego deberemos tener en cuenta:
- Las obturaciones provocadas por partículas gruesas se pueden evitar con la instalación en el cabezal de riego localizado de un equipo de filtrado adecuado al tipo de agua y a la cantidad de sustancias en suspensión que tenga. Si el agua lleva gran cantidad de sólidos en suspensión será necesario instalar también un equipo de prefiltrado para eliminar parte de los contaminantes antes de su paso por los filtros.
- Las obstrucciones por partículas finas se producen cuando el agua presenta sólidos en suspensión, sobre todo arenas y limos. En el caso de embalses, la presencia de microorganismos, pequeños peces y sobre todo de algas, puede suponer un factor importante de obstrucción, tanto de rejillas como de los elementos filtrantes del cabezal de riego y los propios emisores.
- En las partes de la instalación que discurren bajo el terreno, se puede prevenir la entrada de raíces con la aplicación de herbicidas usando la propia red de riego. El uso de esta técnica debe ser controlado por personal especializado para determinar el tipo de herbicida, la dosis del mismo y las condiciones y método de aplicación. También existen en el mercado emisores impregnados de herbicida que van liberando la sustancia activa a lo largo del tiempo.
- En este mismo tipo de instalaciones, uno de los problemas más importantes es la succión de suciedad por los emisores al dejar de regar. Para que esto no ocurra, la instalación debe dotarse de sistemas de inyección de aire a presión, que se activan en el momento de dejar de regar, o elegir emisores que dispongan de dispositivos antisucción.
- Por último, La proliferación de microorganismos en el interior de la instalación de riego puede provocar con frecuencia la formación de obstrucciones, sobre todo en los emisores. Fundamentalmente se trata de algas, filamentos y geles bacterianos y fauna acuícola.
- Las obturaciones provocadas por partículas gruesas se pueden evitar con la instalación en el cabezal de riego localizado de un equipo de filtrado adecuado al tipo de agua y a la cantidad de sustancias en suspensión que tenga. Si el agua lleva gran cantidad de sólidos en suspensión será necesario instalar también un equipo de prefiltrado para eliminar parte de los contaminantes antes de su paso por los filtros.
- Obstrucciones químicas:Se producen por la precipitación de sales disueltas en el agua de riego, fundamentalmente al evaporarse el agua. Las precipitaciones más frecuentes son las producidas por los carbonatos que contiene el agua de riego, así como el hierro y los fertilizantes. Veamos algunos de los casos más frecuentes:
- Precipitados del calcio: Se producen sobre todo en forma de carbonatos y en aquellos puntos donde el agua queda en reposo entre un riego y otro, o en la salida de los emisores, donde la concentración de sales aumenta como consecuencia de la evaporación. Una vez que se ha producido la precipitación de sales de calcio, los tratamientos correctores son de eficacia muy variable según el grado de obturación y el tipo de emisor. Normalmente se consiguen despegar las incrustaciones, pero es frecuente que queden pequeñas partículas en el agua y formen de nuevo precipitados que den lugar a nuevas obturaciones. Estos tratamientos consisten en la aplicación de ácido a altas concentraciones.
- Precipitados de hierro: Se producen en aguas ácidas que llevan hierro disuelto, que al oxidarse precipita y forma depósitos color marrón en filtros y emisores. El tratamiento para eliminar precipitados de hierro en la red de riego se realiza con ácido. El procedimiento es el mismo que en el caso de los precipitados de calcio pero en este caso se utilizará ácido sulfúrico. Éste disolverá los sedimentos que se hayan formado por la precipitación del hierro y al mismo tiempo, mantendrá en solución el que vaya en el agua para que no precipite.
- Precipitados procedentes de fertilizantes: El uso inadecuado o excesivo de fertilizantes puede llevas la obturación de filtros y emisores por la precipitación de sus componentes químicos. Una mala disolución o incompatibilidad de estos al preparar la solución nutritiva, puede producir también reacciones con algún elemento propio del agua de riego. Cuando las medidas preventivas no son suficientes y aparecen obturaciones por precipitación de los fertilizantes, el tratamiento para eliminarlos será, como en los casos anteriores a base de ácido. El tipo de ácido que se utilice dependerá de la naturaleza del precipitado que se forme, es decir, se aplicará ácido nítrico, fosfórico o sulfúrico, según el caso.
- Precipitados del calcio: Se producen sobre todo en forma de carbonatos y en aquellos puntos donde el agua queda en reposo entre un riego y otro, o en la salida de los emisores, donde la concentración de sales aumenta como consecuencia de la evaporación. Una vez que se ha producido la precipitación de sales de calcio, los tratamientos correctores son de eficacia muy variable según el grado de obturación y el tipo de emisor. Normalmente se consiguen despegar las incrustaciones, pero es frecuente que queden pequeñas partículas en el agua y formen de nuevo precipitados que den lugar a nuevas obturaciones. Estos tratamientos consisten en la aplicación de ácido a altas concentraciones.
Es el recinto donde se instalan los sistemas que permiten hacer llegar el agua a los emisores de riego en las condiciones que se requieren para ello.