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3.2.- Técnicas de detección y evaluación de fugas.

Las fugas son el tipo de avería más habitual en redes de agua. Si bien tendemos a hablar de "fugas" de agua de manera bastante inespecífica, no todas las fugas de agua son iguales. En general, en base a su origen y a su forma de manifestarse se pueden clasificar en tres grupos:

  1. Roturas o Debidas a causas accidentales (fracturas de tuberías en obras, reventones, etc). En este tipo de fugas suele perderse gran cantidad de agua en poco tiempo, pero son fácilmente detectables y su reparación es inmediata.

  2. Fugas ocultas de mediano o gran caudal o Pérdidas que se producen en terrenos permeables que filtran el agua. La mayoría suele detectarse por las variaciones de presión, por el incremento de consumo o por el aumento de los caudales mínimos nocturnos. El tiempo de detección depende enormemente de la política activa de detección de fugas que adopte el abastecimiento.

  3. Fugas de pequeño caudal o Se producen en las válvulas de regulación, acometidas, hidrantes, bocas de riego mal cerradas, etc. Son de difícil detección ya que no provocan un cambio brusco en consumos o presiones, aunque con el paso del tiempo este hecho representa una gran cantidad de agua perdida.

En cuanto a la detección de fugas en redes de agua podemos agrupar las distintas técnicas en dos bloques:

  1. Métodos indirectos de detección

    • Sectorización: consiste en subdividir la red en partes que, normalmente, son dependientes durante el día e independientes durante la noche, mediante electroválvulas motorizadas,  con el fin de prelocalizar el problema. La medición de caudales nocturnos en sectores de dimensiones conocidas da una alarma fiable de donde existe una fuga.
    • Análisis de presiones: Del estudio de presiones de una red se concluye que no todas las horas del día requieren la misma presión, de ahí que un ajuste horario de presiones en la red puede ser de gran ayuda para limitar el volumen de agua perdido en fugas no localizadas.

  2. Métodos directos de detección

    • Registradores acústicos de sonido: Se componen básicamente de varios sensores con unidad de almacenamiento de datos en cada uno de ellos, y un software para la lectura de la información recibida y la programación de sensores y unidades de almacenamiento. Los sensores reciben la señal transmitida por el ruido de fuga a través de la tubería (conducida por las propias paredes del tubo) o como onda de presión a través del agua.
    • Sistema permanente de detección de fugas: En un principio los registradores acústicos de ruido fueron utilizados de manera puntual. Los resultados obtenidos hicieron que las compañías de agua inmediatamente comenzarán a aplicar estos equipos de forma sistemática, mediante la instalación de registradores de ruido en cada una de las válvulas. Estos registradores cuentan con un módulo de transmisión de radio, que cada 5 segundos trasmite la información sobre el estado en que se encuentra.
    • Varillas de escucha: Consiste en un tubo metálico hueco terminado en forma de campana que produce una reverberación del sonido en su interior indicando la presencia de fuga. Es un instrumento de uso muy sencillo y de bajo coste, pero que requiere una gran experiencia por parte del técnico
    • Varilla de escucha electrónica: Es una evolución respecto del equipo anterior y está constituida por un par de auriculares y una varilla electrónica que lleva acoplada en su interior un sensor piezoeléctrico, conectado a un amplificador con un sistema de filtros que aumentan la sensibilidad del instrumento.
    • Geófono: es un instrumento compuesto por un módulo de control y amplificación, un micrófono de pie tipo campana, un par de auriculares y una varilla de contacto que la mayoría de casas comerciales ofrecen de forma opcional.
    • Correlador: Este equipo está compuesto por una unidad central, una pareja de sensores, unos auriculares y un software para el tratamiento de datos. La unidad central tiene funciones de amplificación, selección de filtros, control y tratamiento de datos. Los sensores captan la señal y los transmisores la envían a la unidad central donde se procesan los datos y visualizan los resultados.
    • Equipo de detección con gas: El método de funcionamiento de este equipo consiste en vaciar la tubería y presurizarla con la introducción de un gas rastreador no tóxico, que puede ser hidrógeno o helio. De esta forma se chequea el estado de la tubería detectando cualquier escape de gas con un sensor específico, que marca el lugar de la fuga y la concentración del gas fugado.
    • Termografía infrarroja: El sistema de escaneado termográfico refleja la temperatura superficial del terreno sobre el que se asienta la tubería que deseamos chequear. Esta temperatura depende de la composición del subsuelo y de las condiciones superficiales y atmosféricas.
    • Georradar: Equipo basado en el estudio de la reflexión que experimentan las ondas electromagnéticas cuando inciden en la superficie de separación de dos materiales con constantes dieléctricas diferentes. El georradar utiliza el hecho del cambio de las propiedades del terreno para detectar cables, fugas, etc.

Para saber más

El geófono es una de las herramientas de uso más extendido en la localización de fugas. Requiere de cierta experiencia en su utilización pero da excelentes resultados. Te ofrecemos a continuación un vídeo de presentación del modelo DXmic del grupo Mejoras Energéticas S.A.