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3.3.- Sectorización de redes.

La sectorización de instalaciones de abastecimiento de agua parte de una concepción avanzada del diseño en malla de la red. El objetivo original en los primeros planteamientos de estos sistemas era doble: Por un lado se buscaba garantizar el suministro, limitando al máximo las interrupciones por operaciones de mantenimiento, rehabilitación o ampliación. Por otro lado, como ya se ha señalado en el epígrafe anterior, se pretendía un seguimiento y contrastación de caudales/consumos para poder ubicar posibles fugas.

Con el paso del tiempo, el desarrollo y complejización de las redes, la creciente importancia de la eficiencia en los procesos y la necesidad de implementar estándares de calidad en el servicio; la sectorización ha pasado a ser un instrumento indispensable en el nuevo diseño y operativa de las instalaciones de abastecimiento.

Como se ha señalado la incorporación de elementos para sectorizar las redes es una práctica extendida desde hace décadas. Tanto es así, que buena parte de los reglamentos locales incorporan artículos en este sentido. A modo de ejemplo veamos qué dice al respecto el "Reglamento de los servicios municipales de abastecimiento y saneamiento de agua del ayuntamiento de Benavente" (2012) en su punto 3.1.8: "El prestador del Servicio podrá fijar a los promotores o solicitantes de ampliaciones de la red de distribución la instalación de contadores sectoriales para control de las fugas existentes en las obras ejecutadas. Dichos contadores sectoriales se instalarán en arqueta enterrada, sobre un by-pass que permita la sustitución del contador sin interrupción del suministro. Estos contadores irán montados tras un filtro que evite su parada por posibles arrastres que se produzcan en la tubería".

Sectorización para control de fugas

Como se ha señalado, la sectorización, en un principio, tuvo como principal objetivo la detección y control prematuro de fugas de agua. A la configuración ya descrita, con contadores sectoriales, se le han ido añadiendo progresivamente dispositivos y sistemas más complejos de monitorización y seguimiento, con una triple finalidad:

  1. Localización de fugas de agua.
  2. Persecución de fraudes y robo de agua.
  3. Subsanación de posibles errores de facturación.

Para ello se han implementado, entre otros, dos tipos de sistemas:

  • Macromedidores: Cuyos datos son exportados automáticamente y durante las 24 horas al software de análisis y gestión, permitiendo realizar estadísticas que ayudan a identificar el motivo de la pérdida de agua y su ubicación.
  • Caudalímetros y contadores sectoriales electrónicos: conectados a data loggers que se encargan de la lectura remota continuada de los índices de cada punto de lectura de la red. Estos dispositivos realizan cálculos previos (caudales medios, mínimos, máximos, etc) y presentan los balances diarios. Operan 24 horas al día proporcionan la lectura de los caudales nocturnos, un dato clave para la detección de fugas de agua. Los datos se transmiten diariamente a los sistemas centrales para analizar su evolución a lo largo del tiempo y para cotejarlos sector por sector.

Un registrador de datos (data logger) es un dispositivo electrónico que registra datos en el tiempo o en relación a la ubicación por medio de instrumentos y sensores propios o conectados externamente.

Para saber más

El caudalímetro es un elemento fundamental a la hora de sectorizar una red de abastecimiento de agua. A través de la información recabada por él podemos conocer y monitorizar las posibles variaciones del caudal en el interior de las tuberías. Como parte de un sistema externo más complejo podemos extraer datos, hacer estudios comparativos, guardar históricos de funcionamiento, etc. Ofrecemos a continuación la presentación de un caudalímetro de inserción del grupo Mejoras Energéticas S.A.



Definición y objetivos de la sectorización

El término sectorización es conocido como la formación de zonas de suministro autónomas, aunque no independientes, dentro de una red de distribución; en otras palabras, es la división o partición de la red en muchas pequeñas redes, con el fin de facilitar su operación. De este modo, es mucho más sencillo controlar los caudales de entrada en cada sector, las presiones internas de la tubería, la demanda y el consumo, así como las pérdidas de agua, tanto en fugas como en usos no autorizados. Aún más, puede conducirse el agua por la red primaria, sin exceso de conexiones con la secundaria, desde la fuente de alimentación hasta los puntos más lejanos.

La necesidad de llevar a cabo la sectorización de la red de distribución se hace mayor mientras ésta sea más grande, y por consecuencia su operación se vuelve más compleja. De este modo, destacan dos características principales de las grandes redes: funcionan con diversos niveles de presión a lo largo de la red, en el transcurso del día y de la noche y están formadas por una gran cantidad de circuitos cerrados. Así, podemos definir una serie de elementos necesarios para sectorizar una red:

  • Que se trate de un área completamente aislada.
  • Que pueda disponer de un suministro de agua independiente.
  • Que cumpla especificaciones de velocidad y presión en todas sus tuberías y nodos.
  • Que garantice un suministro continuo a usuarios.
Sectorización y puntos de alimentación

Los criterios a seguir para llevar a cabo la división en sectores, parten de la infraestructura existente y de las diferentes zonas de presión en operación normal antes de iniciarse el proceso. Como resultado se llega a una primera propuesta de sectorización. Ésta y las adecuaciones que posteriores pueden realizarse atendiendo las siguientes recomendaciones:

  • Generalmente se pueden considerar de 1 a 5 sectores por cada 100 hectáreas (1 km2); en zonas con alta densidad de población, los sectores pueden ser de 10 a 15 hectáreas. Algunos expertos dimensionan los sectores en función del número de usuarios o de tomas.
  • Cualquiera de las recomendaciones que haya sido seleccionada para definir el tamaño de los sectores, deberá ajustarse a la geometría de la red, sobre todo a la adaptación de las condiciones de operación actuales y la facilidad de contar con un punto de suministro, aunque siempre será prudente contar con una alimentación de respaldo, aunque ésta se mantenga cerrada y sólo se utilice en contingencias.
  • Minimizar las variaciones de presión de servicio al interior del sector; esto es, mantener una cierta uniformidad de presiones entre los 15 y 50 mca, correspondientes a la dinámica mínima y estática máxima, respectivamente.
  • Siempre será conveniente verificar las velocidades del agua, las que podrán estar comprendidas entre 0,6 y 2 m/s.

Algunos de los problemas más comunes en la delimitación de los sectores, se refieren a la caída de la presión en algunos puntos, la presencia de altas velocidades y la elevación de la presión durante las horas de menor consumo. Generalmente, este tipo de inconvenientes se suelen reducir estableciendo dos puntos diferenciados de alimentación o incluyendo la instalación de dispositivos reductores de presión. En ocasiones, sin embargo, se hace necesaria la construcción de líneas de interconexión adicionales.

Es la que ejerce el fluido al tener una velocidad relativa y perpendicular respecto a una superficie, y es proporcional a la densidad del fluido.

Es la presión que ejercen los fluidos en reposo hacia todas las paredes de los recipientes que los contienen.

Autoevaluación

Pregunta 1

El objetivo original en los primeros planteamientos de los sistemas sectorizados era doble: Por un lado se buscaba garantizar el suministro, limitando al máximo las interrupciones por operaciones de mantenimiento, rehabilitación o ampliación. Por otro lado, como ya se ha señalado en el epígrafe anterior, se pretendía un seguimiento y contrastación de caudales/consumos para poder ubicar posibles fugas. Hoy en día, a sectorización ha pasado a ser un instrumento indispensable en el nuevo diseño y operativa de las instalaciones de abastecimiento.