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5.3.- Economía del mantenimiento.

Frente a las operaciones de mantenimiento, de periodicidad frecuente, las de rehabilitación, por lo costoso de las mismas, únicamente se realizan en determinados momentos de la vida útil de la tubería.

Surge así la necesidad de determinar la frecuencia óptima para la realización de estas operaciones de rehabilitación, para lo que se han propuesto en los últimos años distintas metodologías al respecto. Todas ellas se basan en el hecho cierto de que a medida que pasan los años, el deterioro de la tubería es creciente, llegando un momento en que los costes de reparación de las averías que aparecen superan los costes derivados de la posible rehabilitación de la red. Por tanto, la fijación del intervalo de tiempo entre estas operaciones de rehabilitación un ejercicio de optimización o minimización de costes.

Deterioro de las redes. Riesgos de averías y pérdida de nivel de servicio

Todas las posibles metodologías para la optimización de los intervalos de tiempo entre operaciones de inspección y/o rehabilitación se basan en determinar previamente el deterioro esperado de la tubería con el paso del tiempo (habitualmente en términos de riesgo de sufrir roturas) y los costes derivados de dicho deterioro.

Así, en el caso habitual de evaluar el deterioro de una red mediante las roturas esperadas en la misma, en primer lugar, es preciso establecer la curva que relaciona la probabilidad de sufrir averías en función de la antigüedad de la red, cuestión ésta que dependerá del tipo de material de la red, del diámetro, de la longitud, etc.

A título orientativo, unos valores habituales de roturas o averías en redes de tuberías pueden oscilar entre 0,10 y 1,00 roturas por kilómetro de red y por año.

De hecho, en España, es generalmente aceptado por las entidades de abastecimiento que el número de roturas debería ser como máximo de 0,4 por km de red y año (MIMAM, 2000).

Los costes anuales derivados de estas roturas esperadas serían la probabilidad de la rotura multiplicada por el coste unitario de cada rotura, en el cual habría que incluir los costes de reparación de la propia rotura, los daños causados por la fuga producida, los costes indirectos en los que se incurra y los posibles costes sociales derivados del mal servicio ocasionado, si es que es posible cuantificar monetariamente éstos últimos.

El deterioro de las redes, no obstante, podría medirse de una forma más elaborada no solo en función del número de roturas esperadas, sino en términos de pérdida de nivel de servicio, conforme a lo especificado anteriormente.

Los costes anuales derivados del deterioro de la red serían, en este caso, la probabilidad de encontrarse en un determinado nivel de servicio multiplicados por los costes unitarios en los que se incurriría en cada uno de los niveles.

Autoevaluación

Pregunta

En la primera figura aparecen las roturas que se esperan por años y km a medida que pasa el tiempo en una instalación determinada.

Ilustración de gráfico que relaciona las roturas por km y año por años.
I. Galatas (Uso educativo no comercial)

En la segunda figura, por otro lado, nos aparecen los costes de las roturas a medidas que pasan los años, teniendo en cuenta que a medida que pasan los años los costes reparación aumentan según pasan los años. Dentro de los costes derivados de dichas roturas son las que incluyen la reparación en sí misma y las afecciones derivadas de ella.

Ilustración de gráfico que relaciona los costes de reparación por año.
I. Galatas (Uso Educativo no comercial)

Teniendo en cuenta que han pasado 25 años desde la construcción de la instalación y que el tramo a analizar es de 3km, ¿cuál va a ser el gasto total estimado según los gráficos aportados?

Respuestas

20 250€

33 750€

45 650€

46 125€

Retroalimentación