Frente a las operaciones de mantenimiento, de periodicidad frecuente, las de rehabilitación, por lo costoso de las mismas, únicamente se realizan en determinados momentos de la vida útil de la tubería.
Surge así la necesidad de determinar la frecuencia óptima para la realización de estas operaciones de rehabilitación, para lo que se han propuesto en los últimos años distintas metodologías al respecto. Todas ellas se basan en el hecho cierto de que a medida que pasan los años, el deterioro de la tubería es creciente, llegando un momento en que los costes de reparación de las averías que aparecen superan los costes derivados de la posible rehabilitación de la red. Por tanto, la fijación del intervalo de tiempo entre estas operaciones de rehabilitación un ejercicio de optimización o minimización de costes.
Deterioro de las redes. Riesgos de averías y pérdida de nivel de servicio
Todas las posibles metodologías para la optimización de los intervalos de tiempo entre operaciones de inspección y/o rehabilitación se basan en determinar previamente el deterioro esperado de la tubería con el paso del tiempo (habitualmente en términos de riesgo de sufrir roturas) y los costes derivados de dicho deterioro.
Así, en el caso habitual de evaluar el deterioro de una red mediante las roturas esperadas en la misma, en primer lugar, es preciso establecer la curva que relaciona la probabilidad de sufrir averías en función de la antigüedad de la red, cuestión ésta que dependerá del tipo de material de la red, del diámetro, de la longitud, etc.