Caso práctico
Esta mañana el gurpo de trabajo de Sara se tiene que desplazar al extrarradio de la ciudad para localizar una fuga de agua en la red de abastecimiento. Al parecer, una arqueta se llenó de agua hasta empezar a rebosar la tarde anterior. El grupo de trabajo que atendió la urgencia inspeccionó la arqueta y determinó que, al no revestir gravedad, la avería podía ser resuelta por la mañana. Sara y sus compañeros han recibido instrucciones para llevar el equipo de protección completo, así como el material de detección: un geófono y una cámara termográfica. Sara no entiende para qué es necesario el equipo de detección si la fuga está localizada en una arqueta. "En la inspección de urgencia de ayer, después de drenar el pozo, se comprobó que la fuga no estaba en la arqueta, sino que provenía de aguas arriba", explica Andrés, "es frecuente que las fugas de poco caudal pasen al principio desapercibidas y se vayan abriendo camino por el terreno hasta salir por la vía más accesible. Seguramente será una fisura y no estará muy lejos, pero habrá que buscar y asegurarse antes de excavar".
Según le cuenta Andrés la instalación que van a reparar tiene más de cincuenta años y "suele dar problemas". Lo peor es que, a veces, cuesta bastante localizar las fugas. En otras partes de la red de reciente construcción "la cosa es muy diferente", señala Andrés, "no sólo las tuberías están en mejor estado sino que la red está sectorizada y monitorizada, es decir, cuando hay un desajuste de caudales recibimos un aviso casi en tiempo real y conocemos de antemano la ubicación exacta el problema". Pero ese no es le caso, Sara, Andrés y el resto de compañeros hacen acopio de material y se dirigen a su destino. La jornada promete ser intensa.