Los cruces son estructuras especiales construidas cuando la red de evacuación debe atravesar un accidente del terreno que impide seguir su curso normal
CRUCES ELEVADOS
Cuando, por necesidad del trazo, se tiene que cruzar una depresión profunda, como cañadas o barrancas de poca anchura, suele lograrse por medio de una estructura que soporta la tubería. La tubería puede ser de acero o polietileno; la estructura por construir puede ser un puente ligero de acero, de hormigón o de madera.
La tubería para el paso por un puente vial, ferroviario o peatonal debe ser de acero y estar suspendida del piso del puente por medio de soportes que eviten la transmisión de las vibraciones a la tubería; esta debe colocarse en un sitio que permita su protección y su fácil inspección o reparación. A la entrada y a la salida del puente, se deben construir cajas de inspección o pozos de registro.
CRUCES SUBTERRÁNEOS CON REDES DE TRANSPORTE
Para este tipo de cruzamientos, la práctica común es usar tubería de acero con un revestimiento de hormigón. En algunos casos, el revestimiento se coloca únicamente para proteger la tubería de acero del medio que la rodea; en otros casos, la tubería de acero es solo una camisa de espesor mínimo y la carga exterior la absorbe el revestimiento de hormigón reforzado, en forma de conducto rectangular.
En cruces ferroviarios, una solución factible cuando el diámetro de la tubería de alcantarillado es menor o igual a 300 mm, es introducir la tubería dentro de una camisa formada por un tubo de acero hincado previamente en el terreno, el cual se diseña para absorber las cargas exteriores.
CRUCES SUBTERRÁNEOS CON CURSOS DE AGUA
En este tipo de cruzamientos, se debe tener especial cuidado en desplantar el cruzamiento a una profundidad tal que la erosión de la corriente no afecte la estabilidad de este. Se recomienda hacer este tipo de cruzamiento subterráneo con tubería de acero, revestida de hormigón simple o reforzado, según lo requiera el diseño correspondiente. Se considera una buena práctica colocar sobre el revestimiento en forma integral un lavadero de hormigón que siga la pendiente del cauce, para no alterar el régimen de la corriente. Este revestimiento que se menciona servirá para atracar la tubería, tanto en columpios como en crestas. Si no existe peligro muy marcado de lo que pueda representar la erosión de la corriente, el lavadero de hormigón puede sustituirse por otro, construido con material de la región, como mampostería de piedra o zampeado de piedra, o únicamente esta última, pero colocada en forma suelta con dimensión promedio de 60 cm, pero conservando el diseño de colocar a la tubería dentro del revestimiento de hormigón simple o reforzado. La tubería debe ser debidamente anclada por medio de cimientos de hormigón, para impedir su deslizamiento por erosión del fondo del río o arroyo.